Desde el suelo y fregando, como todos los jueves, uno empieza a pensar muchas cosas. Por ejemplo, que, aquello que en un principio se tenía en mente, y luego, por cosas del azar, por apremios mentales, al final se acaba escribiendo lo que no se tenía pensado. Es un tangencia más.
Envidio a los escritores que tienen temas para salir adelante, para encontrar, de alguna manera, la forma de su pensamiento y su escritura. Benditos sean. Así el mundo no ha de aburrirse, sea el tema interesante o no, pero siempre atractivo.
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