Mentiras arriesgadas, oídos sordos

No tenemos por qué tragarnos las amenazas de estos descerebrados de la política. Llevan a cabo una política terrorista, que no es ni política ni democrática. ETA ha vuelto a patalear, a gimotear, y quiere todo el pastel. No desea la independencia del País Vasco: desea la completa sumisión bajo su yugo, de todos los españoles. ZP fue un presidente débil, y también algo estúpido, que quiso colgarse las medallas del mérito para decir que habían acabado con ETA. Y luego, parece que sí, pero fue que no.

Ahora, la banda terrorista intenta pisar a todos los españoles; pero si nos unimos, podemos derrotarla, porque son pocos, y están desesperados. Sus exigencias son de parvulario, y lo que necesitan es que le arrebaten el caramelo del poder en la boca, y la posterior ilegalización. Pero si quieren sembrar el terror, recogeran la semilla estéril de una sociedad que ya está harta de estos sinvergüenzas, que ni piden perdón por las víctimas, y que hay una aldea irreductible por el terrorismo, amenazada por la legión abertzale etarra: España. Somos más.