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domingo, 30 de abril de 2023

EXCESO DE EQUIPAJE

Siempre parece que hay exceso de equipaje
el camino de siempre, el día a día,
y el exceso de equipaje,
llegar rendido, perder el ritmo
y cuando llega el final,
siempre ha habido exceso de equipaje,
y luego el tiempo de los años,
perder el ritmo de los años,
y siempre hay exceso de equipaje.



 

martes, 28 de mayo de 2019

A punto de acabar el borrador de mi primera novela corta, y días de meditación

Me está llevando un año más. El PC se averió, y hubimos de comprar uno nuevo. La experiencia ha sido curiosa. No pienso en publicar. Disfruto escribiendo, mamando de los senos de la lectura y de la escritura, de la capacidad de hallar, en mí,  a un escritor. De aquí, agradezco a Alejandro y a Israel, de los que estoy aprendiendo mucho. Alejandro me enseñó a encontrarme en mi identidad de escribidor, con unas palabras la mar de sencillas: La escritura no sirve de nada. Se refería a que la escritura es una interpretación, y que es arte en cuanto se rompen las reglas. En este borrador, quise romper las reglas, de tal suerte que, en algunas ocasiones, el afán de escribir, consiste en disfrutar. 

Dos años me está llevando acabar el final. Las últimas páginas del borrador (3), en donde la mayor parte del barco ya está fabricado en el astillero. Además, en las últimas páginas, que son añadidas a las originales (90 páginas, según el plan original) me di cuenta de que tenía que redondear con una coronación (no malpenséis, lectores) la hazaña con esas tres páginas especiales, que son importantes para mí. He logrado llegar al final. Ahora, sabiendo que es un borrador, me tomo mi tiempo.

Los personajes son conocidos, y juego con eso. En esos dos años, consultaba La Odisea y La Ilíada, para mostrar a los personajes, que son conocidos. El narrador, que no soy yo, es un rapsoda pésimo, pero disfruto, he disfrutado, escribiendo las noventa páginas originales. Una suerte, desde luego.

Y, ahora, ya seguiré otro día.

Saludos a los lectores y usuarios de este Blog, que seguramente, he perdido, y a los que se han quedado, y me siguen. I'll love U 3000.

miércoles, 28 de enero de 2015

Intermitencias

No es una intermitencia
Tiene que ver con la escritura. En ocasiones, uno no escribe todo el tiempo, o la novela queda abandonada a su suerte, pero no es así. Las intermitencias vienen y van. En una ocasión, las ideas para seguir el capítulo son claras; pero,  a la hora de mostrarlas, hay que afinar la escritura; mas, tratándose de un borrador, es importante comprender que ha de ser lógico, y eso es lo que cuenta. Pero la escritura es siempre libre.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Sacar algo de la nada (previamente)

Por otra parte, no es posible sacar o extraer una idea para escribir una historia. En primer lugar, porque de la nada de la escritura, nunca suele salir nada, si no se ha tenido la idea previamente, en cuyo caso, siempre hay una lectura o lecturas previas. Porque una idea no sirve para escribir. La idea no escribe, es la mano del escritor. O las manos en el teclado.
Previamente, se ha leído, y luego se escribe. De la blancura inmaculada del folio, hasta la profanación provocada por la pluma. Para eso, se ha de leer, previamente, claro. Importa más aún leer para poder escribir, porque las ideas surgen con la lectura. Y eso es más que evidente.

viernes, 9 de mayo de 2014

Crear para transmitir

Es posible escribir y crear para transmitir. Incluso una supercivilización conoce todo esto, y dejar un aviso importante de que están ahí, y que no se han ido, debería alarmarnos un poco. Para eso tenemos la información, sea para la ficción, o para desvelar misterios. Necesitamos, sobre todo, comprender que la escritura es, además de información, un tesoro de nuevas teorías y matizaciones.
Creamos ficciones para comprender los símbolos. Nos comunicamos con símbolos, y esos símbolos han de ser comprendidos. Hay momentos en que es necesario ir más allá, y abarcar más conocimiento, y hacerse más preguntas. Y cuanto más preguntas nos hagamos, aún escribiendo ficción, más cerca estaremos de la verdad.

jueves, 8 de mayo de 2014

¿En qué consiste crear?

Otra inspiración para crear y disfrutar
Una entrada más sobre mi manera de ver la escritura. En realidad, crear consiste en obtener la información suficiente para tener la libertad de recomponer un género ya conocido, y reponerlo como algo nuevo. En realidad, se trata de hacer algo nuevo de lo ya conocido, lo tradicional, y otorgarle una nueva oportunidad, como un premio.
Pero definir qué consiste crear es una respuesta a la que ni yo me he acercado. Por ejemplo, cada uno de nosotros tiene una visión de la realidad. Mayor o menor conocimiento de ello. O bien, se trata de una serie de percepciones que nos permite, como decía H P Blavatsky, en "romper el velo de realidad". Naturalmente, se refería al velo de la realidad de ahora, que es un completo entramado de hilos. La telaraña de la realidad, y por ende, la trama del Universo.
Crear consiste en saber leer ese entramado, sacar provecho del mismo (provecho intelectual) y recrear aquello que no hemos percibido en la primera intuición. Pero, para escribir, sólo basta con tener en cuenta que hay que divertirse y disfrutar. En eso consiste crear.
Luego, como el ser humano es creativo, siempre está creando e inventando, tenemos la ventaja de que algunos animales no pueden hacerlo. Excepto el mono artista (simius artisticus) y el elefante pintor (pictoricus plantigratus), que han salido en la televisión, y ya están haciendo la competencia a Picasso y compañía. Son excepciones, o quizás tocó la flauta por casualidad.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Escuchar al escribir

El Paladín contra los Husmeadores
A la hora de escribir, y aún gracias a la Red, no es difícil buscar historias, después de todo el almacén de información que es nuestra tan conocida y homenajeada (y algo maldita, también) que es nuestra Aldea Global. Hay mundos vírgenes que no entran; pero estos se hallan en el Cuarto Mundo, y de esto ya escribiré en otra entrada, pero en una etiqueta bien distinta.
Decía que es fácil encontrar historias en toda la Red. Y es cierto. Ahora, la información llega más rápido, al día siguiente, o en cuestión de horas. Podemos escuchar esas historias en YouTube; o en los periódicos digitales, ver, de alguna manera, la información, y pensar, por nuestra cuenta (si hay algunos valientes que defiendan esta teoría) y empezar a decidir por nosotros mismos. Además, a los escritores se nos ha de conocer por nuestra autonomía, y no dependencia de nadie. Pero da la casualidad de que la Realidad, nos da con la puerta en las narices, canda la puerta, y tira las llaves.
Por eso, a la hora de escuchar, también tenemos a las personas (de todo tipo y condición, a los traficantes y demás, mejor dejarlos fuera), y que también tienen intención de narrar su historia. Para escribir, basta con irse a una cafetería, y si uno va solo, saca la libreta, y con el café o una hamburguesa, decide que es el momento de liberar los demonios, adelante.
Al principio cuesta un poco. Lo sé, porque, en una ocasión, siempre está el oteador o husmeador de siempre: escribes, y el señor o el cotilla, se dedica a mirar que estás escribiendo en ese momento (suele suceder en el Metro y en los autobuses de línea); lo mejor es ignorarle. El único punto débil consiste en mirarle directamente a los ojos, de manera hostil, y su cabeza girará, o comentarle: ¿Mucho tiempo libre, eh? Entonces, se turbará un poco, pero pondrá cara de que lo has acosado, entonces, te dejará en paz, y ya más tranquilo, podrás escribir. Yo lo hago raramente; pero siempre cae algún Husmeador, y la situación se complica. Hay muchos Husmeadores en todos los medios de transporte. Son una plaga.
Procura, sin embargo, escribir sin pensar, pero no distraerte, y procurar escuchar y escucharte al escribir. Nos vemos.

martes, 6 de mayo de 2014

El sonido de la escritura

El sonido del silencio
Tanto la escritura como la lectura tienen sus propios sonidos, y eso significa que también se complementan. Si la música tiene ritmo, la escritura necesita el suyo propio, al igual que la lectura. Si habéis oído hablar de la armonía de las esferas, o del ritmo del Universo, está claro que el sonido, que suele ser rítmico y equilibrado, sugiere su propio sonido, su música y su composición.
En las composiciones poéticas, el ritmo es necesario, porque hablamos de una característica oculta e íntima del poeta, que puede escribir para desahogarse o para poner verde al tendero que le ha timado en el cambio, o decir cuatro palabras bien dichas al politicastro de turno.
En la narrativa sucede lo mismo. Con el sonido, el ritmo, la cadencia, es posible expresar muchas cosas; pero se ha de tener en cuenta que, al escribir narrativa, hay que afinar, y ser sutil y creativo, porque puedes escribir una cosa, y en el contexto significa otra. Para evitarlo, corrige el cuento, y arréglalo al final, para evitar tensiones y malentendidos. Por cierto, a la hora de ser creativo eres libre, pero cuidado con los explosivos literarios: los daños son más que colaterales.

lunes, 5 de mayo de 2014

Mágica escritura

Imagen "de arriba"
En la entrada anterior escribía sobre evocar con la escritura. Ahora se trata de hacer magia. Una novela o un relato no sólo entra por las palabras o la estructura, sino gracias a todo el conjunto en sí. No funciona igual, por el hecho de que cada cuento es distinto, o depende del grupo en el que se introduzca y con qué género juegue. Pero no soy el más indicado para explicar del todo esto.
Hay ejemplos: cuando el lector lee un cuento o una novela, está claro que, de alguna manera, le intriga, y quiere saber más, y sigue leyendo. Le fascina la magia de la escritura, que necesita mucho trabajo, y disciplina (pero no soy el más adecuado para aceptar este tipo de disciplina, porque no escribo mi novela cada día, a no ser a ráfagas); pero la magia se encuentra a la hora de leerla, o de finalizar el último párrafo o la última frase.
Por eso, además de la evocación, se necesita esa magia que transporta al lector hacia una ficción que será real, no del todo, pero relativamente. Y no basta sólo con saber escribir bien. No basta, porque es necesario que la palabra transmita. Tanto como la imagen de arriba, por poner un ejemplo.

domingo, 4 de mayo de 2014

Evocar con la escritura

Evocando otro asunto muy distinto
Cuando uno lee, por poner un ejemplo sencillo y conocido, Don Quijote está claro que el autor trata de evocar tiempos antiguos, que ya han sucedido, en la vivencia del propio Caballero. Don Quijote evoca, de alguna manera, o de muchas, que el lenguaje y la escritura se funden para mostrar, no sólo la fantasía del propio hidalgo, sino, además, su cultura y fantasía, y su intención de que, en este caso, el propio hidalgo crea su mundo.
Cervantes logró un personaje más real que los otros, porque es coherente consigo mismo. En ningún momento niega su fantasía, o se expresa como en tiempos medievales, algo pomposos, pero medievales, porque el propio Cervantes, evoca esos tiempos. Cervantes sabía que, así, la realidad puede ser evocada por la escritura. Si se hace bien, es un regalo para el lector.
La evocación con la escritura consiste, también, en describir, con palabras, lo que se ve, o se observa. También es posible con los pensamientos y reflexiones. Y hay millones de combinaciones simbólicas y estilísticas para lograrlo.

sábado, 3 de mayo de 2014

Significado de la palabra

También, aquí sobran las palabras
La palabra, en la escritura es muy importante. Si se evitan las combinaciones, se carece por completo de mensaje que comunicar. De hecho, tenemos las imágenes, pero eso es como una muleta en la que sostenerse. El significado de la palabra, cuando se construye una frase es, por ende, equivalente a mostrar ese pensamiento. Una palabra no es una idea, sino el concepto del significado de un objeto real, o una persona, o un ente abstracto. Sola no funciona, y depende del tema a exponer, y eso no significa que no se comprenda.
Por otra parte, la palabra no es un sucedáneo, sino el sonido de una serie de definiciones. Los escritores utilizan las palabras, para exponer su propio punto de vista y, de hecho, esa mismas palabras, transmiten emociones, o pensamientos. De mejor o peor manera, dependiendo del estilo del autor. De la misma manera, un escritor del siglo pasado, no se expresa igual, pero casi, que uno contemporáneo, o que uno del siglo XV o del XVIII. Depende de la época y de los acontecimientos históricos.
Pero tomar la palabra (o palabras) para escribir y comunicar, es un modo de transmitir información. Y eso no lo tienen los animales. Si le enseñas el libro a un perro, por ejemplo, lo primero que piensa es que lo vas a lastimar con ese paralelogramo, y luego, si le abres una página, se echa para atrás, y sale corriendo. No comprende los signos, a no ser que esté adiestrado, y conozca el alfabeto, por lo menos, en sus formas básicas. Bueno, y sobran las palabras.

viernes, 2 de mayo de 2014

Arte de vida

Una suerte de símbolo
La escritura también es la vida. Participa de ella, como si de una colaboración muy íntima se tratara. Al escribir, sé que me estoy descubriendo, no mi "yo" sino mi "se", es decir, que me siento a mí mismo, no como una individualidad, que la hay, sino en lo más profundo de la identidad común, unida al maravilloso universo.
Al escribir, tratamos de comprendernos, y de buscar muchos lugares en el mundo, sobre todo, en este mundo complejo. De hecho, me parece que nos comprendemos menos cuando hablamos entre, sobre y con nosotros, en voz alta, que por escrito. Se ha de ver, por lo menos, que la escritura une, tanto como rivaliza contra nuestras ideas. ¿Quién no se ha arrepentido de escribir unas líneas que no quería escribir, y luego se ha disculpado? Yo lo he hecho; y casi me cuesta la colaboración en un blog, porque cree una polémica. Me dieron el toque; pero no me gusta ir por ahí, matando a personajes de ficción que tanto trabajo me costó crearlos y consolidarlos, darles peso, en fin, que la situación no era el problema, sino el contexto.
Pero, claro, en la prensa sucede lo mismo. El editor al publicar una noticia, que es posible que no sea falsa, pero ha perjudicado la imagen de un político o de un famoso, al día siguiente de publicarla, ha tenido que rectificar, disculparse y echar la bronca al pobre periodista que, de seguro, se quedará de patitas en la calle, y las calles, ya se sabe, en invierno, son muy frías.
Por eso escribir forma parte de nosotros. Poco importa si Mercurio nos enseñó las ciencias, Atenea a hablar, Prometeo la capacidad de aprender y comunicar conocimientos, y una multitud de dioses, la manera de comportarnos según nuestros criterios, y con derecho a equivocarnos (de lo contrario, no seríamos libres), porque la escritura es nuestra bendición, y nuestra maldición.
Desde que se utiliza políticamente como un lenguaje de control, está claro que, esa libertad que creemos existe, se ha diluido como el humo, o se ha evaporado como el agua. No. Ahora somos esclavos de un lenguaje y unos mensajes prefabricados; pero la escritura no deja de ser un arte de la vida.
Y siempre hay algo más.

lunes, 14 de abril de 2014

La escritura escurridiza

Es normal que, a la hora de escribir, haya días de sequía. Es posible que estés inspirado, sin bloqueo, pero la mente se te queda en blanco cuando buscas algo diferente. Por ejemplo, estamos tan acostumbrados a la novedad que, en muchas ocasiones, la escritura no fluye. Pero hay que quitarle importancia.
Cabe la posibilidad de que, a la hora de escribir, el tema no sea el adecuado. Pero no importa: si ese día no es posible escribir, intenta otras cosas (excepto suicidarte o cargarte a algún enemigo por el camino), y ya llegará. No hay que rendirse, pero sí descansar. Lee, apunta, toma nota, o date un paseo, piérdete en la ciudad (no mucho), pero respira un poco la libertad que te ofrece estar unas horas sin cuatro paredes. Es cierto que te protegen, pero eso no significa que te conviertas en un eremita de vocación.
Cuando tu cerebro se haya oxigenado, las notas que tomaste, si fueron pobres, las puedes modificar, y mejorar el escrito. De esta manera, la escritura la controlas tú, y no se te escapa de las manos, porque tú tienes el control, y deja de ser escurridiza. No importa que modifiques las notas. Después de todo, esa herramienta es de tu consideración.
Lo sé, porque, en cada ocasión que escribo un borrador para alguna de estas entradas, suelo modificarlo. En parte porque la letra es arrugada. Importante es comprender el concepto. Una idea no deja de ser un calentamiento, pero si la has plasmado literariamente, te conviertes en el dueño de su Destino.
Intentarlo no es tan difícil.

miércoles, 2 de abril de 2014

Razones que no faltan

Otras razones, desde luego, pero no son estas
Escrito por Ernest Hemingway, con una rotundidad que expresa el convencimiento de la razón de su escritura: "I wrote books for money": Escribo libros por el dinero. Confirmación rotundísima. Hemingway deja las cosas claras. Pero creo que no se escribe solo por eso. Se escribe por muchas razones, y la razón del escritor norteamericano es una de las pocas que están las primeras según en que lista.
Nos ponemos a apuntar en listas, y no terminamos. Pero hay otras razones, quizás no tan materialistas, porque si todos escribiéramos por un metal que sirve para obtener bienes y servicios, nuestra manera de ver las cosas serían de lo más superficial. Cierto que Tom Wolfe tiene la manía de pedir anticipos millonarios por sus novelas, que se demora hasta quince años para terminarlas; pero Wolfe es un dandy y un excéntrico, y creador del Nuevo Periodismo que, viéndolo de muchas maneras, no se ha vuelto a sacar el tema.
Sin embargo, expongo una razón que es más fuerte que ambas: para escribir, antes que sea por la obligación de "ganar dinero", que es comprensible y la principal, consiste en amar la escritura. Escribir sin el empuje de la atención para escribir, de la pasión y de disfrutar para sentirse completo, pero a años luz, por supuesto, es una razón de peso.
No sólo de las palabras vive el hombre.

domingo, 9 de marzo de 2014

Sobre escribir

Del boceto (borrador) a la ilustración definitiva (texto)
A la hora de escribir, siempre se encuentra por un borrador. En dibujo e ilustración, equivale a un boceto a lápiz. La reescritura es la perfilación del boceto, y el paso a limpio, es la tinta, que equivale al entintado del boceto, que se ha transformado en dibujo. En muchas ocasiones, tanto el boceto, como el esbozo en la escritura, al escribir, no siempre sale como se cree. De hecho, incluso un relato que prometa mucho, al final no es nada, y hay que consultarlo otra vez, y ver el error, por supuesto.
Cuando ya se tiene todo el escrito casi perfecto (tras incorporarle el color y un poco más de entintado), es la hora de imprimirlo. Hay que tener en cuenta que, cada escritor es un mundo, y que muchos preparan el borrador, y lo multiplican, hasta el texto definitivo. Suele ser un texto que llega, y que, en otras ocasiones, no llega. Y cuando llega, se necesita más preparación. 

martes, 25 de febrero de 2014

Mucho o poco

A la hora de escribir, la calidad antes que la cantidad. Suele acontecer que hay días en los que merece que escribamos mucho, que pasemos el día en archivos, escribiendo en el procesador de textos hasta aprovechar todas sus ventajas; y que, al exprimirlos, la creación escrita sea de valor.
No hay que abusar. Se ha de escribir cuando se necesite, que sea una necesidad vital. Tan vital como vivir. Recuerdo que hace un par de años, cuando el ordenador sufrió una avería, se me interrumpió el Diario que estaba escribiendo, durante unos quince días, hasta que uno de mis hermanos trajo el Notebook a casa. Entonces recuperé el ritmo para escribir tanto en este blog, como en el Diario, y también, menos mal que recuperé el archivo de los Diarios. Y me refiero a Diarios Personales.
Poco después, la angustia que me invadió en los momentos de carecer del ordenador, desaparecieron y me tranquilizaron; pero supe que quería ser escritor a toda costa, pero sin necesidad de ser conocido. Porque están los escritores que quieren publicar, y aquellos que guardan sus escritos. Después de todo, podría decir como el Sherlock Holmes de la serie Elementary y, a pesar de que algún día regresaré, la relación que mantengo con Watson me equilibra, y que, de momento, no regresaré (a Inglaterra) hasta que no esté preparado, pero que ahora no es el momento.
Desde luego, esperar el momento está bien, y no me importa quedarme en el camino, porque se publican demasiados libros, estamos saturados de información y, por eso, nos estamos convirtiendo, sobre todo algunos internautas, en analfabetos virtuales, porque hay algo más allá del peso digital de la información, más allá de teclear para encontrar o buscar, más allá de nuestra vida virtual en la Red: la vida, que es más poderosa, incluso después de nuestro acabamiento.