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sábado, 5 de marzo de 2011

Capital culpable


Estoy leyendo " Capital aborrecida. La aversión hacia Madrid en la literatura y en la sociedad del 98 a la posguerra", de Fernando Castillo Cáceres. Es un ensayo sobre la manera en que se veía a Madrid como una especie de ciudad maldita, y que, por su centralismo, estaba deshumanizada. De hecho, los forasteros eran campesinos o agricultores, o sencillos migradores de los pueblos de la Península, que venáin a buscarse a la capital las lentejas, y hacer un poco de fortuna. De la pluma de escritores de ambos bandos, como Julio Camba, Pío Baroja, Giménez Caballero, y una larga lista de autores nacionales y republicanos, Madrid se convierte en el foco del malditismo y la deshumanización, porque lo mejor es olvidar la ciudad industrial y fría, al campo. En un largo recorrido de más de quinientas páginas y ocho capítulos más una conclusión, Castillo Cáceres nos recuerda que fue una ciudad sufrida y odiada durante la guerra, hasta el punto que, tras la posguerra, se la miró con otros ojos, y nos muestra una serie de puntos de vista sobre la complejidad de la Guerra Civil, y lo castigada que fue Madrid. Se lee con amenidad, y nos enseña ambos puntos de vista de una ciudad que vivió en constante conflicto. Este ensayo es muy recomendable, ya que el autor procura no ponerse de ningún lado; aunque el prólogo, de Juan Manuel Bonet, es bastante pasable.

viernes, 4 de marzo de 2011

Sorprendente Espido Freire


Estoy a punto de terminar el ensayo sobre las vidas de Jane Austen y las Hermanas Brontë. La obra ya es algo vieja; pero mantiene la frescura a la hora de leerlo. Por "Querida Jane, querida Charlotte", Freire nos invita a un recorrido por la vida de ambas escritoras (y sobre todo, de Anne y Emily Brontë) y lo que sufrieron. Se derriba el mito de que el señor Brontë era un austero ogro. Por Freire sabemos que era un padre paciente y amoroso, y que no tuvo mucha suerte con la fortuna, pues se trasladaron a vivir a un pueblo que ni lo querían, ni los tenían aprecio-los británicos rurales son así de raros-; de Jane Austen, que forma la primera parte de este ensayo biográfico (un divertimento para la autora) se nos muestra como una escritora de talento que llevaba su oficio en secreto-porque estaba mal visto-, y siempre lo escondía cuando llegaban las visitas. Para ello, utilizaba una puerta mal engrasada, que le avisaba del intruso. En ambas generaciones de escritoras, buscaban prosperar, pero la muerte se llevó a Austen con 41 años, mientras que las Hermanas Brontë murieron de vejez. Pero es una obra que yo no perdería por nada del mundo. Por eso la estoy leyendo.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Diarios de las Estrellas


Esta obra pertenece a Stanislaw Lem. Se trata de los Viajes y Memorias de Ijon Tichy, cosmonauta. Es una obra excepcional de la ciencia ficción, que podríamos llamar política. Como ya comenté en alguna entrada, Lem utiliza el humor y la parodia para criticar posturas tanto políticas como religiosas, y crea millones de mundos donde, merced al protagonismo absoluto de Ijon Tichy, cosmonauta, expone tanto teorías científicas como avances técnicos. Los Diarios... nos muestran un peculiar Universo en donde hay civilizaciones que se crean y se destruyen, de absurdas culturas que niegan la existencia de vida en otros planetas, de los viajes en el Tiempo, de dudas cosmogónicas y mitologías que crea el propio Lem, e incluso, la virtud de salir bien o malparado de una disputa sobre el conocimiento. En realidad, Lem critica la manera despótica y la corrupción, y con la esperanza de que la Humanidad puede vivir muy bien sin la tiranía de las ideas impuestas injustamente por otros. Y que, sobre todo, Lem, en la figura de Ijon Tichy, que es el propio Lem, aún sueña con la esperanza de que todo se puede mejorar, excepto con la utilización de la tecnología, hasta que dicho avance sea el auxilio del ser humano, y no el alimento de una máquina perturbada.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Seducido por James Ellroy


No siempre una obra atrae por su calidad. Más bien por su carisma y porque el autor ha vivido una serie de acontecimientos interesantes. Por suerte, esto mismo le ha acontecido a James Ellroy, autor de L A Confidential, La Dalia Negra (basada en el caso real de esta misteriosa víctima de trágico final) y su reconstrución del ambiente de los años 40 y 50. Con El Gran Desierto, obra que me arrebató en la Biblioteca, me he sentido como en casa. El argumento es muy complejo, porque trata sobre un asesino de homosexuales, y más escabroso es, porque, también trata de las persecución anticomunista en la época del Mcarthismo. Al principio, el lector no llega a atar cabos sueltos (Ellroy, como buen conocedor del género policiaco, muestra pistas verdaderas como falsas y viceversa) hasta, más o menos, a un cuarto del final del libro. Pero si el lector no logra resolverlo, no se pierde nada continuando con la lectura, en donde disfruta de un fértil desierto de complejidades, en una novela redonda y magistralmente estructurada. Tres personajes principales llevan el caso: Turner Buzz Meeks, Mal Considine y Danny Upshaw. No desvelaré el final de Upshaw, pero si la brillantez de construcción de un personaje entrañable e inteligente (que tomen notas los autores de intrigas baratas); y no olvidemos las relaciones que crea y destruye Mal Considine, buscando promocionarse y eligiendo candidatos en la Policía, para limpiar la ciudad. Hollywood ha sido siempre un gran desierto de corrupción, en donde van a morir almas inocentes y no tan inocentes. Incluso Buzz Meeks, prefiere correr riesgos, para hacer más emocionante su vida. Dentro de lo bueno, la novela de James Ellroy se encuentra por encima de muchos bestsellers (el autor nunca ve su obra como un bestseller, lo dejó claro en una entrevista); pero ni lo es, ni intenta serlo. Es sólo un libro superior, en donde el autor supera cotas muy altas, siendo la continuación de L A Confidential. Por cierto, que estoy buscando ese libro, y no lo encuentro por ningún sitio de la Red. Eso sí: disfrutaréis de la lectura de una obra, o varias, que serán clásicos dentro de unos cincuenta años, si no lo son ahora.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Cuadernos de Notas de Henry James







Hacia tiempo que los anduve buscando. En los Cuadernos de Notas de un escritor, no sólo se conocen los proyectos y sueños del mismo autor. Se conocen sus dudas y zozobras, hasta el punto crítico de saber si vivía para sus obras, o las obras vivían para él. Es decir, que hay proyectos en vida, y que duran hasta su muerte; y hay, sencillamente, proyectos que no llevan a parte alguna. La creación literaria de Henry James se mueve en este nivel. En muchas ocasiones está seguro de la historia (sea novela o relato) que plantea; pero lo persigue la sombra de la zozobra, de la duda, de no saber por donde se mueve, o que, quizás, la obra no le convence del todo. He encontrado estos Cuadernos por Internet. Lo primero, al hojearlos, me sorprendió que el autor de Una vuelta de tuerca, pudiera exponer, sin cortapisas, todas sus faltas y dudas, en las líneas que anota, con voluntad absoluta; pero también, con infinita desconfianza, que es lo que nos oscurre a todos los escritores: dudamos si lo escrito es válido, o hemos de abortarlo, porque la creación es imperfecta, y luego, lo destruimos, para arrepentirnos más tarde y olvidarnos.



Estos Cuadernos son auténticoa tesoros, en donde el autor se busca en la escritura, se responde las preguntas, o no llega a ninguna parte. Es una manera de atrapar el pensamiento y el tiempo, y la inseguridad. Pues Henry James sabe de sobra que puede fracasar en su intento. Porque los Cuadernos de Notas son para buscarse, enfrentarse a sí mismo cara a cara, y aceptar el valor de que lo que se tuvo en mente, en un primer momento, no sirvió para nada, o sirvió para algo. De ahí que las novelas de Henry James no estén escritas al azar, pues no hay espacio para el descuido. Lo dicho: es un tesoro, entrar en el Taller de un escritor legendario como Henry James.

martes, 23 de noviembre de 2010

Hace años todo el mundo habló bien de Lunar Park


Pero yo confieso que la última obra de Bret Easton Ellis ha sido su mayor éxito, y su mayor y más sonado fracaso, en Europa. Sobre todo, en España. Pocos la han leído. No me extraña: es una absurda mezcla o mistificación literaria, de un escritor que es el propio Easton Ellis que, en todo momento, no se identifica del todo consigo mismo. Este Ellis literario es gordo y obseso sexual. A diferencia del Ellis de la realidad, que es delgado tirando a flaco, y con escaso cabello, donde la alopecia no ha tenido piedad. Ellis, en Lunar Park, hace una crítica a su propia literatura, en donde se tira piedras, lo que significa que, en primer lugar, Ellis se ha cansado de escribir, y nos escribe un pastiche, entre Stephen King (El Resplandor), una mezcla de su obra anterior más famosa (American Psycho), y una extraña mezcla de El Muñeco Diabólico, El Exorcista y demás material, que lo ha utilizado malamente. Sin contar con las escenas de sexo, en donde hay a porrillo, en este Ellis personaje, que no deja de drogarse y beber. ¿Es una crítica a la decadente sociedad americana? En cuanto leí las primeras páginas me vi sumido en la perplejidad de la nada que hallaría. Una serie de incoherencias, y un misterio mal llevado. Además, ¿por qué su hija habla como si tuviera diez años, cuando sólo cursa los tres? Para ser un escritor veterano comete errores de principiante (debió darle a la farlopa en su juventud), porque la obra, Lunar Park, es la peor y más confusa novela que he leído. La figura de su padre, un acierto, pero los cambios de decorado, ni en Laberinto. Demasiadas dimensiones. Escrito es magistral, pero pobre el argumento. En vez de Lunar Park, tendría que haberlo titulado Hastío Park. Porque irrita las demasiadas páginas, y el poco talento, muy comercial.