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lunes, 9 de marzo de 2015

Homero a la espera

¿Espera?
Sin duda, que los héroes homéricos no puedan elegir, y que dejen de su mano a los dioses, y que se ocupen de todo, me parece de una irresponsabilidad tremenda. Tampoco tienen la culpa. De hecho, no la tienen. Como a Jessica Rabbit, no es que sean de una manera o de otra, los crearon así. No existe, tanto en La Ilíada como en La Odisea los héroes no hacen las cosas por sí mismos. El hecho de que Homero, del cual se tiene, también, la certeza de que no escribió solo ninguna de las dos obras, tuviera toda la información, que viene de la era micénica, y que se adoptó en la llamada Edad Oscura, en donde, por lo visto, Troya se nombraba con otro nombre (Tros), y que, gracias al lenguaje de la escritura, los héroes de Homero, nunca podían controlar su Destino, porque se hallaban en las manos de los dioses. No existía la individualidad, porque ya los dioses se ocupaban de todo. Los héroes, pues, se acercan a la más completa destrucción, y aceptan su destino. Homero, inmortal, sigue a la espera. 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Robots

Si la mente, en un futuro que ya es presente, la mente humana, es capaz de crear criaturas superiores (que estoy seguro de que sean los robots independientes), entonces será mejor que estas criaturas se abstengan de tener criterio propio. Robot, todo el mundo lo sabe, viene del polaco, y significa, servidor.
Las Tres Leyes de la Robótica, inventadas por el gran Asimov, no es, desde luego, para tomarlas a la ligera. Cuando este Prometeo piense por su cuenta, es posible que quiera igualarse, incluso superar a su autor, al autor de su existencia. El temor a sucumbir a manos de los robots, es una vieja leyenda que ha recorrido la Antiguedad, y parte de la Edad Media, y el Presente. Un robot que piense por su cuenta, que tome las decisiones de manera independiente, y hasta es posible que se equivoque (pero como es un robot, su hardware solo admite fallos "orgánicos", desechando los pensamientos); y, sin embargo, esta situación es real.
En el momento en que permitamos a un robot controlar nuestras vidas, será peor que una dictadura; pero el monstruo lo hemos creado nosotros. Un hecho, que Asimov tuvo muy en cuenta, fue que el robot podría rebelarse. La historia del Ángel Caído se repetiría. Y la batalla duraría milenios.
Pero no es este comentario un manifiesto para el temor. Se trata de averiguar si esos robots, que, lentamente, evolucionamos con tecnología puntera, podrán algún día comunicarse con nosotros, no siempre de igual a igual, o que da lejano que, de todas maneras, la cuestión es, hasta este punto, un aviso, tendremos que meditar el asunto de crear seres superiores a nosotros, en un futuro.
No jugaremos a ser dioses, pero si peligrará nuestro lugar en el Universo. 

martes, 22 de marzo de 2011

Kalevala


El Kalevala es algo más que la herencia de un pueblo, es el canto de una civilización con sus propias reglas, y un elevado sentido de la aventura y la exploración. Las aventuras de Vanaimöinen, nada tienen que envidiar a los mejores relatos del Rey Arturo y sus Caballeros, como tampoco tiene que envidiar a la Biblia, o a cualquier legado cultural con herencia épica. Aún no lo he terminado de leer, pero estoy en ello. Una de las escenas del Kalevala, es cuando el héroe, Vanaimöinen se dedica a construir un barco con el canto. Es decir, a crear a partir de la palabra y la música, desde medidas notas tonales. Y el barco se construye. Aquí es donde el héroe se transforma en dios, porque la magia de las palabras lo vuelven creador, en armonía con el Universo. Otra cosa es que deba morir algún personaje del mismo. Pero Vanaimöinen está inspirado en las leyendas populares islandesas, y desde luego, es una aglomeración de varios héroes a lo largo de la evolución de la épica religiosa islandesa. El Kalevala es una manifestación literaria de alta cultura. Al contrario de hallar en ella una vasta mitología, le basta con la narración, porque el héroe lo demuestra en acciones, a pesar de ser traicionado por su prometida y el Herrero, su mejor amigo. Pero no resta que el Kalevala se lea con admiración, y que las pocas muertes que hay, están justificadas. Recomiendo esta obra a aquel que busque riqueza de lenguaje, y como muleta, para cuando la inspiración se encuentre en coma.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Hablemos de libertad


Leo un ensayo sobre el Periodismo durante el Gobierno Republicano y su Censura, de Sinova. Está claro que, este Gobierno, actúa igual, sólo que en la Red. Me refiero, claro está, a la Ley Sinde, que no entiemdo porqué lo apoya el PP, que siempre va a la zaga en contra del Gobierno. Pero, aunque las comparaciones no sean semejantes, ya dio el Zejador pistas: cuando negaba la crisis, obligaba a los medios a ser prudentes; cuando continuó negando, era una "responsabilidad", para acabar diciendo a los que no negaban la crisis, porque era evidente, que eran unos antipatriotas. Y luego, la censura de Rubalcábala, que niega lo evidente, y aconseja prudencia, para no debilitar el estado de derecho, que nos han arrebatado ellos, con paro, congelación de pensiones, subida de precios, etc... Se llenan la boca con la palabra "democracía", y la Merkel, que vino a ver que medidas se han tomado con sus dineros, y el Zejador poniendo la sonrisa. ¿Qué libertad hay cuando se ahoga al pueblo con métodos draconianos de última hora, en donde, en una entrevista, el Zejador nos intentaba convencer de que los momentos de bonanza eran los convenientes, mientras muchos de su Gobierno se llenan los bolsillos con falsas nóminas, o prejubilaciones anticipadas? Hay libertad, pero sólo para algunos.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Tecnología en Terminator


Un futuro muy poco prometedor este del Reinado de las Máquinas. No sospechamos que está sucediendo ahora, y casi sin darmos cuenta. De nada sirve el contrato social de Rosseau, porque el hombre actual, el ser humano, se ha socializado tanto, que ha olvidado sobrevivir en armonía con la Naturaleza. Dependemos de máquinas que nos expenden petróleo, gasolina, aceite, alimentos y postres. En Ciudad lineal hay unas tres máquinas de estas que te cocina la hamburguesa al momento. Incluso permiten transacciones monetarias, extraer dinero, gestionar documentos (pero los fucionarios pocas veces cumplen su cometido), la Red, el correo... Dependemos más de las máquinas de lo que deseamos admitir, pero nos hemos olvidado de sobrevivir sin ellas.

Con Terminator, la cosa se pone más cruda. Tememos que se nos rebelen porque se pueden adaptar a nuestra naturaleza, e incluso superarla. Y eso, hipotéticamente, las convierte en superiores, hasta el punto de intentar exterminarnos. Que fracasen o no, no es la moraleja para las mismas. Nuestro fracaso es su victoria, pero, ¿quién es el vencedor? Creo que tengo la respuesta: el desierto.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Leonardo fascinante


Leonardo Da Vinci, genio inigualable donde los haya, y adelantado a su tiempo. Inventó el paracaídas, el tanque, el automóvil, la bicicleta, un primitimísimo submarino, al que llamaba "barco para sumergirse en el agua". Creo muchas cosas, y su curiosidad y sed de conocimiento era insaciable. El gran Leonardo se adelantó a su tiempo; pero siempre fue un hombre del Renacimiento; sin saberlo, estaba proyectándose en el futuro. Si Leonardo llegara a inventar el teléfono móvil en su época, lo hubieran quemado por brujo y hereje; y alucinaríamos con el teléfono en la actualidad. Pero no se le ocurrió. Le fascinaba el vuelo de los pájaros, que los divisaba y estudiaba de niño, cerca del Arno, entre las encrespadas montañas. Uno de los inventos más brillantes e imaginativos, fue un ala delta, precursora del avión. Dicho invento estaba diseñado para caer desde unos doscientos o quinientos metros en una superficie de madera curvada y pulida, que servía de lanzador. El invento nunca se llevó a cabo. Y en el momento de presentarlo a sus mecenas, estos lo rechazaron. Sumidos en guerras de poder contra el Vaticano, y las demás ciudades-estado de la Italia renacentista, los monarcas y los nobles veían inviable la materialización del invento, y que el gasto sería inútil porque las guerras internas se llevaban todo el presupuesto. De aquí a mucho tiempo, Da Vinci, continuaría tomando notas en sus Cuadernos, que eran Códices (como este, pero sin tecnología digital), es decir, libros. Y anotaría sin descanso durante su larga vida. También dejó a medias muchos encargos y, por suerte y por fama,nunca le faltó plata. Distraído por naturaleza, abandonaba la tarea para ponerse manos a la obra sobre nuevas curiosidades. No llegó a finalizar la escritura de una serie de tratados sobre sus investigaciones en el arte pictórico. Su legado se encuentra ahora en todos los museos del mundo, y en especial, en el Louvre de París, en donde su Gioconda permanece sonriendo eternamente de siglo en siglo. Me fascina de Leonardo, no sólo sus estudios anatómicos, pues llegó a conocer la anatomía humana en todas sus ramas porque, para aprender "se hace necesario soportar el hedor de los cadáveres, y evitar el temor del corte en los cuerpos, a altas horas de la noche, hasta el amanecer". Cometió un único delito. Le permitían hacer autopsias en la Universidad, pero, por esa época estaba mal visto y, si la Inquisición lo pillaba, podía ser reportado a galeras, e incluso, a un juicio sumario que le arrebatarían todo, hasta su luengas barbas de Sabio de Tebas. Pero Leonardo era un genio travieso, y soborno a más de un funcionario, para que le permitieran estudiar en paz, en un fatigoso trabajo en plena descomposición. Según el sabio florentino, dejó anotado que, lo mejor consistía, en "trabajar deprisa, hasta el los primeros rayos del alba". Y trabajó, con tal rapidez, que dejó un Códice completo, semejante al de Vasari, pero con anotaciones y estudios y bocetos de sus tareas nocturnas y tenebrosas. Leonardo Da Vinci no sólo tenía muchas facetas. Hasta el mismo se fascinaba cuando un nuevo enigma acudía a visitarlo. Fascinante, desde luego.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Lluvia Hoy

Hoy ha vuelto la lluvia. Era de esperar. Esto me recuerda que mi perrillo, Hércules, se está haciendo más viejo, 14 años al pie del cañón. Bueno al pie no, a la pata del cañón, y que ya le queda poca estancia en este mundo de alquiler con intereses. Lo supe ayer, que entró, pidiendo permiso, en la cocina y, asustado (barrunta el mal tiempo y los petardazos festivos) se negaba a largarse. Me costó que abandonara la cocina, porque se sentaba sobre sus cuartos traseros, y era imposible moverlo. Hastas que utilicé las manos para empujearlo y extraerlo de la cocina. Poco después. a las 8.00 de la mañana, empezaba el génesis de una lluvia que nos acompañará, intermitente y con rachas, hasta el final del otoño. Pero continuaré aquí, escribiendo. en ocasiones con notas, y en otras, improvisando. Que, improvisando, también se escribe, de vez en cuando, buena literatura.