

Cuando llegó el momento de buscar indicios, actué como un investigador. Y lo confirmé, la Vulgata existe. Ha existido siempre, desde que uno de los primeros copistas se dispuso a plasmarla. Uno de ellos es Scio. La primera versiónimpresa de la Biblia en latín, en bastantes tomos, aunque hay huellas e indicios de manuscritos de las traducciones. Y en la Red se llega a vender una por $200 argentinos. Verlo para creerlo. De hecho, son incunables, y tan antiguos que son tesoros para el bibliófilo más afectado, si está dispuesto a pagar 250€ del ala. Tras esta exposición, incorporo un par de ilustraciones de la misma, que desde luego, es palpable, intocable, y no una leyenda. En estos tiempos hay demasiadas leyendas. Ya es hora de que dichas leyendas acepten la realidad de que no todo pertenece a la leyenda.
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