Las anotaciones están ahí para ayudarnos. En mi portapapeles manual, que nada tiene que ver con el de Word, anoto todo lo que se me ocurre, incluso analizo hechos del pasado, y los transformo en ficción. Pero eso no significa que no sean reales, sino que se basan en la realidad. Luego, incorporo matices porque nunca se sabe si lo utilizaré en el futuro.
En cambio, en el cuaderno de notas, tomo notas, o breves reflexiones, o breves escritos de otros. Por eso creo que las anotaciones son necesarias, en todo momento, siempre dispuestos a ser necesarios. De hecho, anoto frases de otros, o mis pensamientos. O ideas para nuevos proyectos literarios. Nada sobra, pero si hay que ser preciso, a la hora de elegir que proyecto es el ideal. Pero, también, no es necesario utilizar ninguno.
Después de todo, es un cuaderno de notas. Y las anotaciones ayudan, desde luego.
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