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sábado, 16 de junio de 2012

Hay mucho

Creélo, o no. Aún quedan muchas líneas y libros por escribir. La escritura no morirá nunca, puesto que se trata de una grafía creada por el ser humano, para transformar los signos y símbolos en lenguaje. Un ejemplo de esto son los 30.000 volúmenes de Hermes Toth, que no se sabe muy bien adónde han ido a parar, en el Antiguo Egipto. Volúmenes de ciencia y filosofía, y el arte de la escritura. De hecho, los carácteres griegos son variaciones directas del primitivo egipcio. Bueno, voy a dejar de ponerme erudito, que sobrecargo.
Escribía que la escritura no morirá nunca. De lo contrario, el saber se perdería. Si tuviéramos poderes telepáticos, eso no importaría demasiado, pero necesitaríamos la escritura del mismo modo. Tampoco necesitamos conocer el pensamiento del vecino. Invadiríamos su intimidad, y eso es muy molesto. Es tan molesto, como actúar con ventaja.
Necesitamos escribir, por lo menos, para conocer la realidad, hasta el punto de desbrozarla, analizarla y muchas más "arlas y arlos". Tal como lo veo, si negamos la escritura, nos negamos a nosotros mismos. Por cierto, hay mucho sobre qué escribir. Incluso los mismos temas de siempre (que suelen ser la Guerra Civil, la Transición y los años 80, y más...); pero eso no significa aburrir al lector. Los temas de siempre agotan, pesan y cantan.
¿Regresamos a los mismos temas porque nos hemos quedado sin ideas, o nos falta imaginación, o porque no está todo dicho? Bueno, hay mucho.

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