¿No se te ocurre nada? No te preocupes, esto le sucede al 99% de las personas. El 1% suelen ser genios, y, en ocasiones, se suman al 100% de nosotros. No es agradable abrir un cuaderno, y darte cuenta de que el bloqueo es automático. Te preguntas: "¿Qué escribo ahora?", y una gran nube de tormenta se lleva todas las ideas, y te quedas en blanco.
A mí me suele suceder de vez en cuando. Muy de vez en cuando. Como una de las salidas consiste en escribir, por lo menos, una palabra. A partir de ahí, la historia sale. Cuesta arrancar. Nos bloqueamos, no porque no tengamos nada que decirnos, si no debido a que tenemos demasiado que no nos atrevemos a decirnos, y plasmarlo en el papel. Demasiadas ideas y proyectos que no podemos o no queremos liberar, por si está por ahí el Censor de la Policía del Pensamiento.
Pero no hay por qué huir. No importa si te quedas una hora sin escribir nada. En este caso, dedícate a leer, a otras actividades, o trata de plasmar algún tipo de experiencia, memorias o recuerdos. En nuestro interior hay un Cofre en dónde está guardado todo lo que somos y qué seremos, y eso no nos lo pueden arrebatar. Hay una riqueza que la hemos dejado almacenada y, cuando salga se traducirá en alguna anotación.
Aquello que escribas, no tienes porqué compartirlo. Guárdalo para una obra mayor (pero yo no soy el indicado para decirte que debes o no hacer con tu intimidad); de esta manera, el bloqueo desaparece. Y conste que escribo esta entrada en el momento.
Es posible combatir la Nada. Pero, cuando la propia Nada te invade, intenta distraerla. Si no escribes hoy, no lo dejes para mañana. Escribe, o anota, dentro de un par de horas. El único ejercicio es tu mente, y su ayudante, la imaginación. La Nada no se puede tocar, pero no vayas por ahí, intentando huir del desierto, porque puedes poblarlo por tí mismo.
De manera que, coge un boli, o una pluma, o el ordenador, y escribe: Que la escritura te acompañe, joven (o viejo) Skywriter.
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