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martes, 5 de junio de 2012

Las Musas, no siempre

Es muy fácil poner la excusa de que no se puede escribir porque no se está inspirado por las Musas. Es una excusa ridícula y absurda. Cuenta más escribir para tratar de liberar el potencial que guardamos que un millón de Musas. La Inspiración es pasajera. Yo no confiaría mi labor a las Musas porque eso significaría que dependo de mis estados de ánimo.
Las Musas pueden echarte una mano; pero si te echan el cuerpo, yo lo veo como un abuso. Basta leer a los grandes escritores para darse cuenta que muchos de ellos no necesitaban a las Musas ( si no contamos a Virgilio y a Homero, con su Oh Diosas, inspirádme...) y que tenían mucho trabajo por delante, a pesar de la escasez de medios. Por eso creo que, a la hora de escribir, prefiero tener una buena idea, y desarrollar la historia (si sale, bien; si no sale, también) y, desde luego, un consejo que nunca falla: disfruta escribiendo.
No hay más misterio.

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