Spiderman y Lobezno siempre han sido grandes amigos, pero con unas diferencias abismales. Por una parte, Spiderman no aprueba la manera de ejercer la justicia de Lobezno, y Lobezno, que ha tenido más de un intercambio de ideas con Spidey, no le perdona que sea tan blandengue en algunas situaciones.
El conflicto entre estas dos leyendas de La Casa de las Ideas es más que conveniente para rellenar un volúmen de los gordos. En lo más profundo, se suelen llevar bien; pero, en otras ocasiones, ese equilibrio, suele acabar en un estallido de dos personalidades fuertes. Tengamos en cuenta que Peter Parker perdió a sus padres y a su tío Ben; y Logan es un dememoriado con muy mal humor.
Ambos héroes carecen, en ocasiones, de puntos en común; pero los dos, cuando chocan, incluso llegan a enfrentarse. Y no es la primera vez que han tenido que vérselas el uno con el otro, el héroe con el héroe mutante.
De hecho, también sus diferencias de criterio se ha debido al liderazgo, sobre todo, en las Secret Wars, que este siglo ha hecho un remake para remozar el Universo Marvel; en fin, ambos héroes son muy distintos, pero, ni Lobezno le caen bien los comentarios gracioso de Spidey, ni a éste la rudeza eterna de un duro solitario y sin pasado.
Los extremos se tocan, desde luego.
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