La escritura. Me sucede muchas veces. Al tratar de empezar una tarea, y cuando la misma tarea es inútil, no hay forma de escribir. Equivale a la esterilidad del desierto, pero el desierto tiene su escasa fauna. Pero, cuando se trata de un folio, el asunto se complica.
Y, encima, uno se da cuenta de ser mortal como Sócrates, y que el tiempo transcurre, y no para, y sigue adelante, y como, ese mismo tiempo lo devora todo, y no quedan ni las sombras. Sólo ruinas y escombros, que quedan por el camino. Taciturno me encuentro.
Pero, siempre queda algo. Pero ese "algo" no llega. Y eso es lo que se carga todo. Me pierdo en un laberinto del que no puedo salir. Y ese laberinto se extiende hasta el infinito, y la salida es un laberinto más, porque da la sensación de tener salida, pero no es así.
Y no llega...
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