El diseño conceptual siempre me ha fascinado. Si se trata de vehículos, aún más. Toda persona bien informada sabe que Hollywood encarga vehículos conceptuales para sus películas futuristas o de ciencia ficción. En Hollywood la tecnología suele ir cincuenta años o más por delante. Para Batman Begins la productora y los encargados de la mecánica de atrezzo, pidieron a la GM (General Motors) un vehículo Ford del último diseño. Se llevaron un chasco cuando el concept car les fue negado, y eso que la productora había decidido pagar la publicidad del vehículo; pero el automóvil de diseño era alto secreto, y debía recorrer las exposiciones mundiales. GM se negó, y los de efectos especiales crearon ese carro de combate tan característico de la versión de Nolan.
Por cierto, GM, al informarse fraudulentamente como transcurría el rodaje, le preguntó a uno del equipo (que luego fue despedido por revelar ciertas filtraciones del rodaje) si funcionaba ese mastodonte basto y vulgar, que asemejaba un tanque del ejército modificado. El encargado de efectos especiales y de la unidad de automovilismo, se puso en medio del informador, y respondió que sí, que funcionaba, y que lo habían creado los de producción, y llevaban más de tres meses probándolo y como proyecto.
Convencida GM de que había perdido su oportunidad, decidió ceder un nuevo concept car para el Caballero Oscuro. Pero la productora se negó y dijo: Este es el árbol, este el Río; cae el Árbol, salpica el Río. Desde entonces, todos los vehículos utilizados en la Trilogía de Nolan, han sido diseñados por Hollywood, y con su propia exclusividad.
En ocasiones, el arte no suele ser el mercado, sino la pasión por crear novedades y hacer las cosas bien.
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