Aunque la información que nos llega por la tele, en las noticias, parezca que sucede en el momento, las imágenes pueden llegar a confundir, porque la información se basa, sobre todo, en lo que se expone, pero no en lo que, de alguna manera, es real.
En las noticias, la dosis de información está estudiada, y controlada. Nos ponen imágenes, con ciertos textos que siempre se repiten. Imágenes de catástrofes, de asesinatos (los cuerpos no se muestran, pero sí los charcos secos de sangre), y una percepción errónea de algunas personas, que los ponen en la palestra de la culpabilidad.
El hecho, o los hechos que menos me han gustado, consisten en que den protagonismo a asesinos, violadores y terroristas, que tienen la chulería de amenazar a los vecinos que los hizo sufrir, que no los quieren ni ver, y que son personas non gratas, y que, como el asesino de unas niñas, suelen interponer que nadie les toque ni un pelo, porque uno de sus hijos es un asesino nato, entrenado y con muy malas pulgas. Pulgas, sobre todo. Hecho cierto.
Pero los hechos inciertos nos los introducen sin darnos cuenta.
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