La falta de coherencia del tribunal de Estrasburgo es de una necedad alarmante. No contento con eso, están dispuestos a dar la razón a aquellos que la utilizan sólo para sus propios fines políticos. Las concesiones que el Gobierno anterior dio a ETA, se han vuelto más fuertes, pues este Gobierno, aún haciendo las cosas mejor que el anterior, debería influir un poco en las decisiones de la Audiencia Nacional. La excusa de Rajoy, en la que admite que eso es competencia de los tribunales, es una manera de ponerse de perfil, error garrafal, porque si uno se pone de perfil, no quiere saber nada.
Toda la nación es consciente de la inseguridad en la que este país, dos palabras que Larra rechazaba, se han dejado en libertad a aquellos que, con un poco de falta de moral, se dedicarán, en cuanto tengan el poder completo, a establecer un estado totalitario, que es a lo que aspiran los socialistas y los de la izquierda abertzale. Si quedan libres, y por accidente, exigen que se les voten, para que obtengan el poder central, lo de Lenin y Stalin va a parecer una comedia italiana.
En el momento en que los terroristas obtengan todo el poder, es posible que no haya atentados, pero los habrá; en ese momento, cuando ETA vea el campo libre, establecerá una dictadura robespieriana, hasta tal punto que, en momentos de oscuridad, hará falta mucha iluminación. De hecho, ETA habla de "libertad", pero nada de ninguna idea constructiva para mejorar la economía del país. No les interesa, porque ellos negocian con la ideología nacionalista muerta, y el dolor. Eso sí, tendrán que dejar que las "órdenes que vienen de Madrid", las dejen paso, porque el Gobierno actual tiene mayoría absoluta, y eso hay que respetarlo: lo olvidaba: ¡qué van a respetar esta tropa con cerebros de guisante!
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