Ciertamente, cuando, como ser humano, uno tiene imaginación suficiente para crear mundos, está claro que, cuando llegan esos días, la fertilidad se vuelve yerma y estéril. Son días de incertidumbre, que prefiero compartir. ¿Quién no ha tenido alguna vez estas invasiones de no poder encontrar la ocurrencia debida?
Por otra parte, se ha comprobado que los animales se aburren poco, o se quedan en blanco. Si acaso se quejan de la inactividad, hasta tal punto que, en algunas ocasiones, se concentran en un punto pasmoso, y tan concentrados que sorprenden.
Por eso, los días en blanco, en los que al escribir en el blog, son la equivalencia al fracaso, y estos días son los peores. Se pasan, sí, pero temporalmente. Los días en blanco que pronto forman parte de la vida. La vida, en ocasiones, también en blanco.
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