Líneas y tangentes |
La realidad es matemática. No suena, precisamente, a poesía, pero la realidad está sobrecalculada, y en estos tiempos que corren, aún más. Y lo peor de todo no es eso. Consiste, sencillamente, que la realidad, en ocasiones, y son muchas, es apariencia.
Si pensamos la realidad de manera cuántica, está claro que, la misma realidad, siendo vibracional, es inexistente. Incluso la materia es humo. Pero las fuerzas universales mantienen el equilibro del Todo.
No estoy aquí para ponerme filosófico, pero la realidad, de la misma manera que la construimos, con nuestros conocimientos y creencias, también es posible deconstruirla. Pero no es tan fácil.
Podemos pensar de otra forma y modificar la ruta de un electrón, pero el electrón suele ser más rápido en sus lecturas que nosotros. Diez puntos para el electrón.
Si los átomos nos llevan ventaja, eso significa que nos hemos quedado atrás, y que, por muchos que intentemos recorrer millones de distancias, nos sucede lo mismo que Aquiles intentando adelantar a la tortuga de manera proporcional. Más espacio, y, por supuesto, mayor distancia. La tortuga camina tranquila, pero la ventaja se la da el semidiós. Además, adelantar a una tortuga carece de mérito. Adiós a la medalla de campeón para Aquiles.
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