Voy recuperándome del resfriado, pero tengo la nariz taponada. La garganta ya no me duele. Pillar frío, en esta época, es una invitación al suicidio. Intentaré escribir un poco más del capítulo, que avanza lento, pero seguro. Igual que el resfriado.
La noche de ayer intenté leer, pero hacía tanto frío, o tenía mi cuerpo, tanto frío, que decidí que lo mejor era dormir. Intentaré avanzar la lectura, y escribir la reseña del Grupo Zarigüeyos y su primer libro en común. No me he olvidado. Pasa que, cuando llega el resfriado, uno no espera que los planes se demoren a sus anchas.
Pero la reseña llegará (iba a poner que "caerá", pero prefiero caerme yo, así soy), y llegará, porque el Grupo Zarigüeyos tiene mucho que enseñarnos.
Nos vemos, mañana.
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