Interior del cuaderno de piloto de Twain. Clemens utilizaba una letra muy apretada para aprovechar el espacio en cada cuaderno. Este es un ejemplo. Por otra parte, no olvidemos que el propio escritor tenía mala memoria, como la mía. Con la diferencia de que mi memoria a corto plazo me falla siempre, y la de a largo plazo, me pasa siempre el pago retrasado de las letras (por escribir una metáfora, claro. Hasta tal punto que, en ocasiones, mi memoria es tan fallida como la Twain.
Es estupendo ver como otros escritores, para ganarse la vida, tomaban nota en cualquier circunstancia. Twain dejó sus memorias de cuando fue piloto en el Mississipi. Y las describe como el momento más feliz de su existencia, en un mundo sin ordenadores ni televisión, ni canales por satélites y demás. Un mundo más sencillo, pero, quizás, más complejo. Nuestra época es tan líquida, que llega a ser insípida. Lo damos todo por sentado, y lo único que nos puede ayudar es la filosofía, bueno, y el sentido común, que lo estamos perdiendo.
Este cuaderno de Twain tiene y le sobra mucho sentido común. El sentido y la razón de existir.
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