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domingo, 20 de enero de 2013

Evitando el Ego

 
 
En ocasiones, sin duda, la pasión por escribir ha acabado cegándome. Es cierto, la pasión por expresar mis ideas, y cuando no estoy dispuesto a que alguien, con alguna acción dudosa y perjudicial, se salga con la suya. Pero procuro que mi ego no me agríe el día. Eso es lo último. Sin embargo, procuro que mis críticas surtan algún tipo de efecto.
Vivimos en un mundo de corrupción en donde, por ser de este país, el político o el delincuente de guante blanco, se dedica a tocar el dinero que no es de él, sino de todos nosotros. Y eso inflama mi cólera, y la de todo el mundo. Claro que, quien no peque, que tire la primera piedra. Pero es que estos "pecadores" están blindados, y nuestro afán de protesta, silenciado por los propios líderes políticos.
Dice que la juventud de hoy se encuentra anestesiada. Creo que, más bien, es una irresponsable. Pero, en el pasado, no nos escuchaban, y si nos escuchaban, durante el Felipismo, te echaban del empleo, sin derecho alguno. Y peor era si pertenecías a un sindicato que no se preocupaba de nada, sólo de rascarse la barriga, y eructar.
Es posible que la juventud trate de olvidar; pero sabe de antemano, sin ego, que no será escuchada. Incluso pueden protestar, pero será acallada, a no ser que, a la hora de votar, TODAS las urnas queden vacías. Entonces podría suceder como en el Ensayo sobre la lucidez del escritor portugués Saramago. Entonces, por primera vez, nos escucharían, sabiendo seguramente, que, en este momento, haría falta una lección de este tipo. Pero la anestesia y el terror es muy potente, en una Tercera Guerra Mundial silenciosa. Entonces, es hora de que el ego actúe y despierte. Por lo menos, una vez, y con control de daños.

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