Sí, a ti, lector. Estas palabras son para ti. Son tuyas, te pertenecen. Las escribo, pero te pertenecen. Se que, a lo mejor, no me lees, o lo haces, pero no pones ningún comentario. Eres libre, y eso está bien.
Si me lees, bien. Si no es así, también. En cada momento en que entras en este blog, y la curiosidad te llama. En los días en que mi lucidez deja que desear. Cada día que pasa, no escribo sólo para ti, sino para todos. Porque, en sentido figurado, este blog me pertenece a medias.
Y que escribo con la ilusión de que algún día me leas (que no importa mucho) dejo desnudos mis pensamientos, mis reflexiones, y las hago tuyas, de tal maneras, que mis problemas son tus problemas, y que la escritura no es tan fácil. A ti te saludo y te lo agradezco, lector/lectora, y aún agradezco más que, si por casualidad das con el blog, estarás por encima de muchas personas, porque eres un espíritu libre.
Por eso escribo. Por vosotros, lectores. Alzo un brindis, y sigo con el teclado.
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