En esta tangencia, las lecturas medicinales suelen ser libros espirituales, pero también otras lecturas. No soy el más indicado, porque cada una encontrará la suya. Después de todo, se trata de encontrar la panacea en la lectura. En ocasiones, es posible, porque la lectura trabaja en nuestro subconsciente, a un nivel que no podemos delimitar ni medir.
Cada lectura es personal, y depende de la preparación y formación del lector. Él será su único médico, pero no siempre coincide el día con las lecturas, sea por impedimentos físicos u orgánicos. Porque el organismo siente la molestia y el dolor, de una manera sorprendente.
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