Siempre nos arriesgamos con los políticos y, sobre todo, en los últimos tiempos. Intentamos enterarnos de todo, y nos ocultan más cosas que enseñen. De todas maneras, la situación es aún más terrible. Por ejemplo, la corrupción. Estamos los primeros de la lista en corrupción, y no basta mirar con lentes.
Cuando, de alguna manera, la situación ha sido terrible, la cosa se ha puesto seria. De momento, la situación no es modestia de nadie. No se ocupan de ocultar el mal hecho, sino que deciden que, la mejor manera de hacer las cosas, consiste en mantener al ciudadano anestesiado, con promesas que bien se ocupó y se ocupa, la oposición de poner los puntos sobre las íes, y ocultar sus ladronadas anteriores.
Y, claro, nos quedamos a verlas venir, cuando nos han dejado en cueros. Pero, en este caso, el Gobierno castiga a los culpables, y, aún sabiendo que los partidos políticos presionan a los jueces, está claro que la cuestión es más, sobre todo, de intereses. Pero nos han dejado en cueros, y hay que frenarlo. En realidad, los culpables somos todos. Ellos por desinformarnos y tapándonos la boca, y reventando nuestras libertades, pero ya los pondremos en su sitio.
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