Es preferible pensar que las cosas saldrán bien, incluso en los momentos más dramáticos. Lo de la extrema izquierda (malamente definidos como "radicales", que viene de "raíz", es decir, del principio u origen) en España, no es, exactamente, un plato de gusto.
No lo es, repito, porque se trata de violencia. La violencia que ellos venden, y cuando hieren a los Cuerpos del Estado (Policía, Guardia Civil, Ejército) se quejan de que los han golpeado. No se me olvida la imagen del Policía Antidisturbios que han golpeado con un trozo mármol, y que se desvaneció por el golpe, o a sus compañeros que les rompieron los escudos de plástico (que pagan ellos con el sueldo que les pagamos), y es un despropósito, que los extremistas, se llenan la boca de una democracia que quieren y se las desean para destruir el estado de Derecho en el que vivimos.
Los Cuerpos del Estado nos defienden. Reciben por todas partes críticas, y no nos damos cuenta de que esos grupos de extrema izquierda son unos niñatos descerebrados que quieren llevar al país a una nueva Guerra Civil, y que si llegan al poder, arruinarán al país, o como Bildu en el País Vasco, que quiere investigar, por el Censo, quiénes o no, son vascos o extranjeros, como los llaman a todos los españoles residentes allí.
En primer lugar, para evitar las colisiones, hay que frenarlas, porque quedarse con los brazos cruzados, no es la solución.
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