La vida se vive. Hay millones de maneras, y unas cuantas de arriesgarse a perderla. Por ejemplo, los excesos. Ni una cosa ni otra. Pero los excesos suelen ser muy perjudiciales y peligrosos. Los excesos arrastran a la muerte.
Hay un buen consejo que ha dado la cantante Chenoa, y como ha de regirse la vida: con tranquilidad y templanza. Bueno, tengo pocos días tranquilos, y menos de templanza. Por lo menos, es una filosofía válida (incluso los monjes budista suelen aconsejar lo mismo); sin embargo, la felicidad y la alegría, concebidos como estados anímicos, en realidad, no es así.
Nada más abstracto que la felicidad y la alegría. Poca definición al mismo tiempo que demasiada, porque explican demasiado, pero, al mismo tiempo, no lo explican todo.
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