Hace tiempo escribí una Memorabilia en la que no puse el nombre de la chica. Pero sucedió por el año 90-91 del siglo pasado. En realidad, me refería a mi ex; y es posible que llevara a confusión, puesto que me refería a ella, pero no puse fechas, porque no quería inmiscuirla en mi presente, y ya es cosa del pasado. Al no referir nombres, se tiende a generalizar, los datos se confunden, se toman por erróneos, y las lecturas son, ante todo, confusas. El error, por supuesto, fue mío.
La memoria suele ser muy selectiva. Hasta tal punto, que dicha memoria es, en ocasiones, demasiado prudente. Incluso uno es capaz de inventarse un pasado en la NASA, y algunos hinchan sus currículos. Pero yo no soy así. Cierto que, en esa entrada, pequé más de prudente que de preciso; pero la situación no fue tan ilustrada como en la imagen (que no es ella, es una actriz de cine para adultos), y claro, al no ser transparente, procurando ocultar, sobre todo, los datos más íntimos, metí la pata, y ofendí a algunas personas. Bueno, más vale tarde que nunca, dice el refrán.
La vida y la memoria es algo más que el registro de unos hechos, porque, sepamos o no, la memoria, el recuerdo, no siempre es exacto y hay lagunas. En mis Memorabilias, procuro ser exacto, pero siempre se mete la pata, o no es tan preciso como se cree.
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