Entradas Universales

domingo, 29 de abril de 2012

¿Funcionará?

Primero pensó que el diseño era extraño. Tanta panza en la nave se volvía exagerada. Y luego, los colores. Dos colores básicos que, en el amplio y ancho universo, no significaba nada. ¿Quién los iba a ver? En el oscuro espacio no hay luminosidad. Todo es oscuro. Además, se trataba de una nave semejante a una ballena.
El diseño ya estaba hecho. Sin retroceso alguno. Los técnicos e ingenieros tendrían que utilizar su ingenio para construirla. También pusieron pegas. El diseño, caprichoso y algo retro. Se llevaba lo liso y recto, no lo ahuevado y abombado. Pero el diseñador no se amilanó. Les dio todas las explicaciones para que empezaran a trabajar.
Los ingenieros no se ponían de acuerdo. Es demasiado grande, decían. Seguro que el coste es inmenso. A la Tierra le costará un ojo de la cara. La Confederación Galáctica no la aceptará. Eso al diseñador le daba igual. Ahora el trabajo de los ingenieros consistía en convertirlo en real.
Pasaron un par de meses y no se ponían de acuerdo. Obtuvieron los materiales, pero, ni los fundieron ni los ensamblaron. El proyecto no avanzaba y el diseñador estaba hasta la coronilla de esperar los resultados.
-Tiene de todo. Os quejáis por nada. Es absurdo-les criticó.
Entonces los ingenieros decidieron ponerse manos a la obra. La nave se empezó a construir. Hubo accidentes y mediciones erróneas. Los programas de control por ordenador se confundían. Los de 3D no daban a basto. Se corrigieron con mucha paciencia. Tras construir y supervisar toda la nave se dieron cuenta de que no había salido tan cara.
Construyeron cinco más.
El diseñador había muerto hace siglos.

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