He pasado el mes escribiendo relatos. Alguna que otra entrada manifestando algo distinto del cuento. Creo que he logrado algunos relatos y otros, no. Pero eso es lo que hay. Se trataba de explorar, durante un mes, una manera distinta de escribir. No siempre las mismas entradas con variaciones, sino las mismas entradas variando el tema de cada relato. Muchos no me han salido. Se debía, y no hay excusa, a que los escribía con una vaga idea, o porque, por la mañana, la mente no suele estar lúcida. Pero he disfrutado. Lo mejor de todo, que el experimento ha sido enriquecedor, y que tengo guardadas las entradas, por si tengo que actualizarlas.
Ha sido un mes asombroso, en donde me he visto en el dilema de seguir escribiendo, aún a costa de que, algunos de mis relatos son penosos. Cierro este mes, que no ha sido positivo, con la llegada del mes siguiente, en que idearé con dificultad completar algunas etiquetas que se encuentran incompletas. Me alegro de llegar al último día. Sin duda, llegar al 30 es una manera de aceptar que se ha conseguido aquello que se buscaba.
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