¿Quién no ha escrito por primera vez el capítulo del inicio de una novela? Muchos, no es posible, pero sí un número respetable. Escribir el primer episodio es todo un reto, y una hazaña, acabarlo para un nuevo capítulo. Luego, ese cuaderno, o está guardado, o se ha perdido.
Queda, pues, la huella del intento, y que se repetirá en más de una ocasión: cuando el arte habla.
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