En verano, se respira la paz en las Bibliotecas. Apenas hay tráfico, y uno es libre de leer el periódico. Pero la paz en las Bibliotecas también se respira en los meses que no son veranos. Es otro tipo de tranquilidad, hasta tal punto, que leer es agradable.
La taza de café, en la imagen, nada tiene que ver, de tal manera, que los libros son, tanto mañaneros, como nocharniegos.
Hoy he sido testigo de esa paz bibliotecaria, en donde la lectura es toda acción, pero uno salta anárquicamente de la lectura de un libro, al periódico, o a algún suplemento.
Por suerte, es posible disfrutar, en el último momento, de un sosiego y calma estupendos, hasta que la lectura, es un encuentro más con la vida.
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