Escribir, muchas veces, no sale a la primera, hay que empezar de nuevo. El primer intento siempre es fallido; el segundo y los siguientes, también. Hay muchas maneras de arreglarlo: leer más, y estar tomando notas en el Taller hasta el final de la clase. Y preguntar.
Se pregunta o consultar para aclarar puntos, despejar oscuridades, y tener un concepto claro del estudio de ese día. No importa que, al final, tampoco salga el cuento. De los errores se aprende, y este aprendizaje, de forma gradual, puede convertirte en un maestro, o que sigas como un zangolotino (también, lo reconozco, soy algo novato y zangolotino); al escribir, también hay que tomar notas de las indicaciones de los amigos/as del Taller, y de las observaciones del profesor. Esto es de gran ayuda, porque así, se perfila tu camino.
Además, ser escritor, no consiste en llevar una carrera, o en ser muy brillante. Otros escritores te dicen: aprende de los Grandes. Tienen razón; pero la mayoría de los Grandes están muertos, y has de aprender aquello que ellos investigaron en su momento. Por otra parte, es mejor ser humilde, y aceptar los errores. Ningún Grande se hizo así, sin antes ensayar. No escribo la lista porque son conocidos como clásicos o clásicos contemporáneos. Todos los conocemos, menos el que no los haya leído.
De manera que, además de aceptar que no somos Grandes, por lo menos, podemos conquistar esta parcela con mucho trabajo. ¿Pensáis que es fácil escribir una entrada diaria? Probádlo vosotros mismos, y entrad en www.blogger.com , e intentad escribir una entrada en el blog, cada día. No es tan sencillo, y he de empezar de nuevo, y, como dejó escrito Doménico Chiappe, en su Ciudad de las Letras Danzantes, tratar de lograr que el lenguaje, como ciberliteratura, evolucione y crezca en la Red. Porque los blogs, son obras vivientes y sin forma. O algo así.
A propósito: Doménico Chiappe, fue mi maestro en el Taller de Creación Literaria de La Calabaza, en Alameda de Osuna. Palabra de Hyeronymus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario