En la imagen se refleja, de manera compositiva y surrealista qué es un Taller de Escritura. Cabe de todo, o casi. Está claro que es un mundo a parte que hay que tener en cuenta. Porque en un Taller no se repara, se aprende, y el combustible es el lenguaje, y hay maneras de reparar (ahora, sí) cuentos o composiciones tímidas o poco acertadas. También en el Taller hay sinergías y energías que chocan. Y, en ocasiones, falla la impresora, y es imposible presentar el trabajo del día. Pero, por suerte, este fallo improcedente y sorpresivo, se perdona. Más importante es asistir al Taller, y ver que otro mundo se esfuerza por mostrarnos una serie de realidades internas que desconocemos.
Eight days a week... I love you
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He perdido a algunas personas muy queridas para mí. John es uno. Se fue
hace muchos años un día como hoy. Le quería y todavía le quiero. Es algo
inevitable...
Hace 12 años
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