Pensándolo bien, el camino del actual Gobierno, con la excusa del déficit, la crisis, y un sinfin de quebraderos de cabeza y de bolsillos, monederos, carteras, bolsos, billeteras, cuentas corrientes, Bancos, Cajas de Ahorros, quiebra de empresas, falsos EREs, y una larga lista de seriedades, está claro que no vamos a llegar a ninguna parte.
Nuestro país, miembro de la UE, está sufriendo en los ciudadanos, una injusticia imposible de comprender. Nos fríen a impuestos. Cada mes, sube un poco más el recibo de la luz, agua, alimentos de primera necesidad, productos tales como impuestos sobre todo aparato doméstico, y luego que, aquellos sinverguenzas que decidieron hacerse con nuestro dinero, ni prueban la prisión, ni se castigan. Total: que siempre nos quedamos para vestir santos.
Somos los sufridores quienes callamos. Si hablamos no nos sirve de nada, por la misma razón de que no nos escuchan. Y es la retahila de siempre. Por el país, y por nosotros, los españoles.
Pero molesta bastante que, con tanto patriotismo en horas bajas, no nos hayamos dado cuenta de que las dictaduras se han refugiado en la democracia. Pero esquilmar al ciudadano, que paga los sueldos de los políticos, es como tratar de cerrar una herida, pero sin cortar la hemorragia, hasta que esta se enquista, menudea, molesta y provoca la muerte.
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