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miércoles, 12 de septiembre de 2012

No es apología, que conste

Lo dicho: no es apología. Desde muy antiguo (y perdonadme el arcaísmo) la Ciencia ha criticado a algunas Pseudociencias. En ocasiones, con razón, en otras, con un desprecio que puede ser peligroso.
Me refiero a su rama general. Rama de las Pseudociencias: el Ocultismo. No me importan que me llamen hereje y lo que siga. No hago apología de su práctica, porque, en todas las especialidades, siempre hay un grupo de charlatanes y farsantes. Desconfiad de aquellos falsos profetas que os piden una suma exorbitante.
Refiriéndome al Ocultismo escribo: es mejor no practicarlo sino estudiarlo. Papus fue un estudioso del mismo, pero, también un famoso Doctor en Matemáticas. De charlatán nada, porque en su obra, auna la Ciencia con lo misterioso, y se expresa con sencillez y claridad. Traduce el Ocultismo a ojos de la Ciencia, desde un punto de vista. Hay muchos, y no tienen porqué coincidir.
Estudiarlo no es lo mismo que aplicarlo. Aconsejo prudencia. El estudioso no lo practica porque es un observador externo, y que la realidad contiene muchos rostros. Lejos de tomar el pelo a las personas, el estudioso investiga para sí. Si lo comparte consiste en cuando le preguntan, claro. Pero el silencio y el secreto se basa en las anotaciones y comprensiones. Después de todo, no hay diplomas para el estudioso del Ocultismo, y ser ocultista no es ninguna carrera.
En muchas páginas y libros se explica el origen de la palabra "oculto": significa secreto, no escondido. El secreto pertenece a las mentes honestas, el resto, los charlatanes, sólo conforman un laberinto de sandeces en donde la salida no se encuentra.
Por otra parte, el estudio del Ocultismo (y no su práctica) es semejante al aprendizaje de la escritura literaria. Siempre es el mismo tema, pero que evoluciona con los años.

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