Hace unas semanas me encontré con unos amigos en la parada del autobús. Eran pareja, claro. La mujer sabía que yo escribía, y lo del blog.
-Es escritor. Escribe en un blog-afirmó.
Y razón no le faltaba. Creo que todos, a nuestra manera, somos escritores. Hagámoslo bien o mal. La escritura siempre se basa en la observación, o en la lectura. Y que te reconozcan escritor, por alguna que otra razón, eleva la autoestima, pero es el acicate para seguir escribiendo.
Que unos amigos estén orgullosos de uno que se dedica a escribir, ya es algo. De hecho, el amigo dijo que quería ver mi blog. Bueno, pues sí has leído esta entrada, os la dedico, porque en el mundo hacen falta personas como vosotros, y así, continuaré escribiendo, hasta que el corazón deje de latir (pero que sea muy tarde el último latido, claro), y es una razón más para continuar mejorando en cada entrada diaria. En ocasiones, escribo más, porque tengo temas que se ocurren, o anécdotas como esta.
Cada vez que me reconocen escritor, tengo más razones para seguir escribiendo; por suerte, no soy de los conocidos, y sé que no me salvo de las críticas de otros blogueros o críticos. Con el tiempo, he aprendido a aceptarlas, y eso ya suma puntos cada día.
Por lo menos, sé que mi esfuerzo diario, y el boca a oreja, da sus frutos; pero, sin apenas leerme nadie, he transformado el oficio en un hobby.
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