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sábado, 11 de mayo de 2013

Strike! CIRCUITOS Y CONEXIONES COMPLEJAS

La tecnología de la nave mundocircana se parecía un poco a la misma que la de los transbordadores terrestres espaciales, con la diferencia de que no necesitaba cableado de ninguna manera. Entre otras cosas, porque el oro era buen conductor, y sólo había que reparar microscópicas piezas de silicio.
¿Cómo sabía nuestro héroe cómo tenía que reparar la nave, si ignoraba la compleja mecánica tecnología de Mundo Circo? Sencillamente, era un mestizo, pero había heredado la intuición y los genes kryptonianos, que le podían guiar para reparar los daños. Pero en el Renacimiento, la tecnología era un poco más primitiva. Podía fundirse el hierro y el acero, el cobre y la plata, y el oro. Incluso se podían fabricar esqueletos de máquinas, pero que, generalmente, consistían en aparatos de madera.
También David Elegido necesitaba un puntero calórico para poder fundir pequeñas cantidades de oro en los circuitos, y repararlos. La tecnología mundocircana, en esto, superaba a la terrestre. Necesitaba un mantenimiento mínimo, a pesar de los daños y destrozos. En realidad, el silicio se necesitaba para salvaguardar los paneles de circuitos.
Leonardo diseñó para David Elegido un puntero que, con la punta roma pero ligeramente afilada, en conexión con el fuego, en un horno a altas temperaturas, podía fundir los diminutos hilos de oro, y acoplarlos a los circuitos, y reparándolos. Pero esto incrementaba el peligro. Nuestro héroe podía quemarse. Razón que no fue así, porque a David Elegido el fuego no le provocaba heridas. Los Inquisidores tomaron nota de ello, y lo definieron como una hueste poderosa del Infierno. Los informes crecían, pero los Inquisidores procuraban no molestar a Leonardo, y menos se atrevían a enfrentarse a nuestro David Elegido.
En una ocasión, mientras paseaba, una espada de ignorada dirección o génesis, la dirigieron al cuerpo descubierto de David Elegido (y en verdad que parecía un coloso o un gigante) pero la espada, de acero, se hizo trizas nada más rozarle el pecho. Y los informes se hicieron numerosos.
Mientras tanto, la nave se iba reparando. Leonardo tuvo la idea de fundir acero para los cascos dañados de la nave. Nuestro héroe, David Elegido, dijo:
-Buena idea. 

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