-Soy Addamas, Conquistador de Mundos, Azote del Universo. Mi Reino es Infinito y no tiene Fin, porque todo lo que tiene Fin muere, y se pierde en el polvo estelar. Soy Addamas Infligidor de Dolor, Pesadilla de los Infieles, Soy Addamas, el Poderoso, Conquistador de Mundos...
-Pues yo no-dijo Strike!, encadenado a un eslabón pesado como el propio universo de Addamas, y apenas podía caminar. El eslabón de cadenas, fabricado con mineral kryptoniano.
Se sentía incómodo pero la constante repetición de Addamas le molestaba, levantándole dolor de cabeza. La repetición monótona y una multitud de especies que desconocía. Algunos eran seres informes como el barro o la arcilla sin modelar, seres de agua, que no dudaban en mojarle o en lanzarle piedras. El rostro de Strike! se cubrió de sangre.
-Soy Addamas, Conquistador de Mundos. Tu vida está en mis manos.
-¡Menuda novedad! Seguro que mi vida, y la vida de estos seres. Por cierto, ¿mi nave está bien?
-Calla, basura de Mundo Circo. Detritus de la existencia, no lleves la contraria a Addamas, Conquistador de Mundos, o sufrirás-gritó un verdugo, mientras le golpeaba la espalda-Respeta a Addamas, Conquistador de Mundo.
Y la multitud repetía:
-¡Respeta a Addamas, Conquistador de Mundos!
Y así, lo repetían una docena de meses, hasta que el propio Addamas levantaba una mano, y la multitud callaba, con un silencio molesto. Toda la multitud temblaba de horror, y Strike! se dio cuenta. También de que era un insolente, pero que le arrebataran sus habilidades especiales, no le hizo ninguna gracia.
-Yo soy Strike! y golpeo primero.
Hubo quejas y protestas, y el verdugo volvió a golpearlo.
-Pues yo te he dado primero, extranjero.
-Las gracias, no. Desde luego.
Addamas se levantó de su Trono, demasiado pomposo el trono, con animales como el grifo y otros que Strike! desconocía de sus tiempos como bibliotecario. Addamas era tan enorme y fuerte como él, pero su piel brillaba de una manera extraña, casi inhumana, o demasiado poco humana. Strike! pensó que Addamas había dejado de ser humano hace mucho tiempo. No se equivocaba.
-¿De dónde vienes? No eres mundocircano, pero has estado allí.
-Soy Mestizo-respondió Strike!-Así me llamaban.
Entonces la multitud, entre dos lunas, empezó a silbar. Gritaron con una sola voz:
-Sí, lo es. El Campeón de los Gladiadores.
-Entonces, liberadlo-ordenó Addamas.
Le retiraron las cadenas esmeralda.
-No te hagas ilusiones, que no pienso luchar.
-¿Sabes cómo contar historias? ¿Te gustan las leyendas?-preguntó Addamas.
-En realidad-contestó Strike!-,ya estoy viviendo una.
-Entonces, escucharás la mía, y luego serás libre de irte.
Strike! pensó que qué remedio. Esperaba que no fuera muy larga; pero no tenía mucha prisa. De momento.
-Adelante-fueron sus palabras.
La arrogancia brillaba en los ojos pardos de Addamas.
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