Strike! LA NAVE LLEGA

Entre la singularidad, la singladura, y los cálculos precisos de Kal El, la nave de Mundo Circo llegó, con las coordenadas en el momento preciso. Como la mente de Kal El era una acumulación de conocimientos, estaba claro que calcular las coordenadas en el Espacio Tiempo no revestían ninguna complejidad.

Más difícil de explicar era cómo había calculado que la nave apareciera en la misma autopista virtual temporal, y con las luces a tope, llegara al lado del propio Strike! Cuando sucedió esto, nuestro propio héroe se quedó sorprendido. La nave era toda luz, vibración lumínica y luminosa, pero sin ningún atisbo de solidez.

-La nave ha llegado, Kal El.

-Espera un poco.

-Claro, como estoy volando a través del espacio y del tiempo...

-Sólo un poco. Hay que esperar a que la materia se vuelva sólida. Ahora son moléculas huecas, sin consistencia vibracional.

Strike!, por supuesto, no comprendía nada, pero se hacía una ligera idea.

-Si te fundes con ella, en ese estado, es posible que mueras, o desaparezcas de la materia.

-Eso lo debería decidir un científico, un físico o un astrofísico.

-Acabo de estar en la Biblioteca hace veinte minutos y los cálculos son erróneos, yo me he acercado a la perfección-dijo Kal El-Yo también soy kryptoniano.

-Bien. Entonces, puedes compartir tus perlas de sabiduría y decirme cuando se materializará la nave, por favor.

-Espera un poco. Dentro de unos segundos...

-Comprenderás que los segundos, los minutos, el tiempo en su conjunto, no me sirven de nada, en estos momentos.

-Desde luego. Sé que no hay distinción mientras viajas a través del Tiempo. En estos momentos ignoro en qué época aterrizarás.

-Mientras no sea la Edad Media.

-Hecho.

-¿Qué?

-Hecho. Ya puedes abrir la nave y sentarte. Buen viaje.

La nave dejó de brillar. La combinación de la materia y de sus átomos, lograron que Strike! pudiera entrar en la nave. Y vio un hecho sorprendente: su propio antepasado había instalado un programador de épocas. Podía decidir a qué época del pasado, presente o futuro ir. En un primer momento, deseaba regresar a casa. Hasta que le atrajo la curiosidad por conocer el Renacimiento.