Es sorprendente como Elena Salgado, ministra de economía, haya decidido guardar el agarrado, y no soltar nada de pasta, cuando su jefe, el Zejador, se ha pasado las dos legislaturas regalando unas cantidades que no tenía. El Zejador se ha enfurecido, y no piensa soltar la guita, o sea, el parné. Mucho respeto, y todo eso, pero las arcas se han vaciado.
Lo cierto es que Rajoy lleva las de ganar, pero con el Zejador no se puede hablar. Teniendo en cuenta que el Presidente Zejador, impuso las reglas, no me extraña que las deudas aumentaran y que, por supuesto, no quedase nada para nadie. Y yo le pregunto a la ministra Salgado, y al Zejador: ¿Qué rayos han hecho los catalanes con la pasta?
En Cataluña han tenido que cerrar centros de salud, necesarios para evitar el sufrimiento de muchos, y vital para la comunidad en cuestión. Es muy fácil echar la culpa al PP; pero la viga sigue en sus ojos. Lo primero es ser responsable con el dinero, que no es suyo, sino que es público, y que es de todos nosotros (malamente, de los políticos, que ahí priman sus sueldos, conste); pero, decir alegremente que el dinero público “no es de nadie”, es de una simpleza de parvulario (sin ofender a los críos, que son más despiertos que la ministra de economía); pues bien, el dinero público es de todos los españoles, y de los que no lo son, también (exceptuando a los chinos que no pagan impuestos, claro), y eso ha de ser respetado.
Si Salgado piensa que no es de nadie, ya pueden empezar a nacer corsarios, bucaneros y piratas que, con su flota de apandadores, se dedicarán a surtirse de ese dinero “que no es de nadie”, y que empiecen a gritar, ¡¡euros de a ocho!! y ¡¡Una botella de ron, y el cofre del muerto!!; y ya veremos de quien es ese dinero que paga todos los gastos del Estado, los caprichos y corrupciones del Gobierno, y la hora de poner al vergonzante Presidente Zejador en la picota o la guillotina, que ya va siendo hora de que el Zejador deje de derrochar como María Antonieta, y que Salgado haga o diga algo con sentido. Porque, cuando habla, su sinsentido es peor que resolver una sopa de letras, un damero, o un sudoku. Ya es hora de dejar de mentir, y actuar con madurez, y no el caramelo de salir en la foto y colgarse los galones de las ideas de la oposición.
Lo cierto es que Rajoy lleva las de ganar, pero con el Zejador no se puede hablar. Teniendo en cuenta que el Presidente Zejador, impuso las reglas, no me extraña que las deudas aumentaran y que, por supuesto, no quedase nada para nadie. Y yo le pregunto a la ministra Salgado, y al Zejador: ¿Qué rayos han hecho los catalanes con la pasta?
En Cataluña han tenido que cerrar centros de salud, necesarios para evitar el sufrimiento de muchos, y vital para la comunidad en cuestión. Es muy fácil echar la culpa al PP; pero la viga sigue en sus ojos. Lo primero es ser responsable con el dinero, que no es suyo, sino que es público, y que es de todos nosotros (malamente, de los políticos, que ahí priman sus sueldos, conste); pero, decir alegremente que el dinero público “no es de nadie”, es de una simpleza de parvulario (sin ofender a los críos, que son más despiertos que la ministra de economía); pues bien, el dinero público es de todos los españoles, y de los que no lo son, también (exceptuando a los chinos que no pagan impuestos, claro), y eso ha de ser respetado.
Si Salgado piensa que no es de nadie, ya pueden empezar a nacer corsarios, bucaneros y piratas que, con su flota de apandadores, se dedicarán a surtirse de ese dinero “que no es de nadie”, y que empiecen a gritar, ¡¡euros de a ocho!! y ¡¡Una botella de ron, y el cofre del muerto!!; y ya veremos de quien es ese dinero que paga todos los gastos del Estado, los caprichos y corrupciones del Gobierno, y la hora de poner al vergonzante Presidente Zejador en la picota o la guillotina, que ya va siendo hora de que el Zejador deje de derrochar como María Antonieta, y que Salgado haga o diga algo con sentido. Porque, cuando habla, su sinsentido es peor que resolver una sopa de letras, un damero, o un sudoku. Ya es hora de dejar de mentir, y actuar con madurez, y no el caramelo de salir en la foto y colgarse los galones de las ideas de la oposición.
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