
Pero del mar o de la mar, lo que más me sorprende son los cuadros y acuarela que se ha creado, inspirados los autores por un proceloso vendaval marino, en donde se oculta la fuerza de la creación y de la destrucción, al mismo tiempo. Entonces, este elemento de inmensas aguas, de lluvias, de catástrofes, no sólo me ha fascinado a mí, sino a muchos genios y poetas.
Y escritores.
El líquido elemento es, dentro de su manifestación, el lugar donde empezó la vida. Hay una justificación, muy importante, para no destruirlo, porque es la vida. Lo contrario es acabar con la variedad de la misma. No podemos hacerlo, porque, de llevarlo a cabo, el mayor asesino ya lo es el ser humano. ¿Para qué destruir lo básico, cuando es posible mantenerlo?Sólo espero que, en el futuro, los cielos, no sean rojos, como en la serie de “V”.
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