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lunes, 4 de julio de 2011

La expresión del dibujo

¿Qué nos dice un dibujo, aún siendo un esbozo balbuciente, una tímida composición, en grado imperfecto, en donde, quizás, se muestra la naturaleza del autor? Para ello, tendríamos que preguntarnos que significa el arte, la razón de ser del arte.
En principio, un dibujo o varios. Incluso ilustraciones más complejas, nos enseñan la época en que vivimos, o nos hemos movido. Eso no quiere decir que haya una máquina del tiempo por ahí. Si la hubiera, ya tendría una en mi poder, y con la capacidad de viajar con todas las épocas. Y si la hay, no he visto propaganda o publicidad alguna que la vendan.
Continuemos: cada artista tiene su manera de expresarse. En este siglo XXI, ya abarcamos todas las disciplinas del arte gráfico (cómics y pósters, incluso bizarras ilustraciones, y una expresión infinita que no termina nunca); pero, es la naturaleza del dibujo, o acuarela, o historia cómica (en el sentido de cómic, tebeo) que hasta las novelas, en ocasiones, se basan en esto, y en algún que otro sentido cinematográfico. Si el siglo XX fue el Dominio de la Imagen, el siglo XXI es el Dominio de lo Digital.
Continuamente, la información gráfica, en Google, se renueva constantemente, y es de agradecer. Siempre queda algo por mostrar. Y desde aquí, agradezco, a todos aquellos que cuelgan imágenes, la calidad de muchas, y la mediocre calidad de otras (esforzaos un poquito, caramba); porque una ilustración no sólo se admira, sino que se versiona, sin llegar al plagio.
En mi descargo diré, que los dibujos que hago, al utilizar la memoria, son bastante imperfectos. Prescindo del modelo, para que mi memoria trabaje, pero es flaca, y utilizo la imaginación, la fantasía, pero que no es idéntico al modelo. Es una versión. Ahora, pienso que debería estudiar el modelo, y luego, versionarlo (no plagiarlo, si no modestamente, interpretarlo). En la red hay ejemplos de ello, y muy buenos. De hecho, soy partidario de llevar la imaginación al poder (pero ya se hizo en el 68, y así estamos, hundidos en el consumismo) Pero un dibujo es válido, importando poco su calidad. Ha de hipnotizar al espectador, al admirador. Tampoco hay que ponerse pedante y decir absurdos datos de época. La magia permanece en el dibujo. La magia de lo imprevisto, y cada uno lo lee, según su propio interés. Además, en arquitectura, el Románico no deja de serlo, por mucho que hayamos avanzado. Deja de serlo, en cuanto se pierde. Por eso, la información digital, nunca se pierde, hasta que perdamos la energía eléctrica, o un satélite falle, o toda la Red se caiga. Una pérdida, espero, lejana, pero que puede fastidiar a millones de personas.
Bienvenidos sean los esbozos y las composiciones acabadas. Otro día, más.

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