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jueves, 21 de julio de 2011

Un anillo que no resuelve los problemas

Ninguno de nosotros tiene la suerte de Hal Jordan. Tampoco que nos caiga un anillo del cielo, después de que un auténtico Linterna Verde, de un sector de la galaxia, se digne aterrizar, moribundo, y lo hallemos a dos minutos de la salida del trabajo. Eso, a nadie le importa.
Otra cosa es que el anillo en sí, sea poderoso y tenga inteligencia propia, y decida quien ha de portarlo. En cuyo caso estaremos hablando de Frodo Bolsón y no de Hal Jordan. Bueno, no hay color, o sí: verde, negro y blanco.
Hal Jordan no buscaba nada especial cuando salió de su empleo como piloto. Pero la curiosidad siempre reclama al curioso: ¡Córcholis, una luz extraña e intensa, e incluso, fantasmagórica! ¡Ahí va, un extraño ser vestido con un traje curioso que me ofrece un anillo! Claro, Hal Jordan no se lo esperaba; pero nadie pide ser héroe, a no ser que tenga un guión previo ya escrito. Y es que los héroes de papel son así: encuentran porque se trata de una trama ideada para que brille una estrella que no lo ha pedido ni por encargo. Además, ser piloto del ejército es un trabajo a tiempo completo. ¿Qué explicaciones da cuando tenga que ir a salvar el Universo con los Green Lantern Corps? ¿Pedirá muchos permisos, o se escaqueará como buen hijo de vecino?

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