Son de terror. No son muy agradables y, en esto, los nipones son algo bestias. Los fantasmas suelen ser antepasados, o extraños monstruos que hacen saltar a la carrera a los críos. No olvidemos que se trata del culto a los antepasados, y que, si no cumples religiosamente lo que te han mandado, lo pagarás con tu vida, y con el temor de las presencias macabras y poco agradables.
Porque los japoneses son así. Las leyendas de terror, no se crearon para provocar risas o ironía. Es el sarcasmo serio de un pueblo que, desde luego, sus terrores nocturnos son aún más desagradables que en Occidente. Y el asunto se vuelve más crudo, cuando esas almas del Purgatorio, deciden trastornar la vida del ser humano, porque se enfrenta a fuerzas que desconoce, y sabe muy bien que perderá.
Otra cosa es que trate de averiguar la razón de su castigo. Pero el temor ha llamado al ser humano, desde el principio de los Tiempos. No hay cura para el terror.
Porque los japoneses son así. Las leyendas de terror, no se crearon para provocar risas o ironía. Es el sarcasmo serio de un pueblo que, desde luego, sus terrores nocturnos son aún más desagradables que en Occidente. Y el asunto se vuelve más crudo, cuando esas almas del Purgatorio, deciden trastornar la vida del ser humano, porque se enfrenta a fuerzas que desconoce, y sabe muy bien que perderá.
Otra cosa es que trate de averiguar la razón de su castigo. Pero el temor ha llamado al ser humano, desde el principio de los Tiempos. No hay cura para el terror.
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