Siempre se puede empezar de nuevo, para modificar la situación o la circunstancia, que no siempre es inspiradora. Por eso, siempre doy la bienvenida al folio en blanco, al procesador de textos célibe o a la cuartilla en blanco. No es una derrota. No se trata de un enfrentamiento y, sobre todo, porque, en muchos casos, importa más el proceso que el resultado, hasta tal punto que, en ocasiones, el mero hecho de escribir es, de una manera o de otra un nuevo desafío para escribir.
No hay que temer al vacío, porque el vacío nunca está vacío. La materia espera en el aire y las ideas acechan. Claro que, el miedo es voluntario. Normal, corriente, vulgar. ¿Quién no ha sentido miedo, cuando se siente miedo todos los días? Es la menor de las preocupaciones.
El desierto blanco es una opción. Ya llegará el momento de habitar esos mundos o esa blancura. La nieve, en muy pocas partes de la Tierra es eterna. Hay selvas y valles y poblaciones. Sólo bastan las palabras para resucitarlas.
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