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sábado, 17 de agosto de 2013

Ideas fantásticas

Desde la Edad Media, la fantasía de los viajeros ha registrado imágenes fabulosas. Cada ser era una criatura extraordinaria, cada aventura, una leyenda que se deformaba hasta el infinito. Pero sólo se trataba de mitología viajera, hasta tal punto que, en este caso, las criaturas se convertían en idealizaciones que, más pronto o más tarde, lograban una cierta continuidad.
Un ejemplo de ello es el unicornio. Animal fabuloso que sólo tiene de fábula la interpretación del viajero en las selvas o pastos africanos: el rinoceronte. Como ignoraban lo que eran en realidad, decidieron llamarlo "Unicornio": Un sólo cuerno; pero, en su conocimiento de la fauna exterior, o desconocimiento, porque el catálogo era numeroso, pero limitado, de ahí los Bestiarios medievales, debían describir aquello que veían, y según su propia Wikipedia, que era bastante limitada, pero precisa. Describieron al unicornio como caballo, porque eso era lo más cercano a su interpretación, y el rinoceronte se convirtió, de animal africano, con placas en su dura piel, en una suerte de estilizado caballo con un sólo cuerno.
Idea fabulosa, de millones, en donde el hombre medieval buscaba codificar y registrar su mundo en conocimiento, y que demuestra que la Edad Media no fue nada oscura, sino el prólogo para el futuro Renacimiento, y posterior avance en los viajes y los descubrimientos. Hasta que se logró comprobar que el unicornio era, sencillamente, el rinoceronte, animal también curioso y fabuloso.

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