Siempre a mano el diccionario por si las moscas. Preparado para encontrar el término dudoso, o la palabra que se ignora, a ciencia cierta, su significado. De ahí que se ha de consultar en todo momento. Todos los escritores lo hacen, sean novelistas o poetas. Y los poetas, con más razón, porque se les agotan las palabras y no desean repetirse.
El diccionario es de una gran ayuda y evita el abuso del verbo haber y ser, buscando, en concreto. sinónimos y nuevas acciones. Puesto que nada queda al azar, por supuesto. Y esa es la razón por la que el diccionario es tan valioso.
Los más entendidos defenderán que tendríamos que comprar los nuevos del año en curso, por as actualizaciones y todo eso. Bueno, depende. Con la crisis, y sé que es una excusa banal, las carteras no se hallan en condiciones de ponerse a hacer piruetas. Pero todo se andará.
De hecho, diccionarios hay a millares y de todas las especies, porque se asemejan a entelequias: empiezan, terminan pero no acaban nunca y siempre están ahí. Salute!
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