No nos queda agua, o necesitamos más. Después del incendio común en casi toda España, no podemos quedarnos de brazos cruzados, tales como las obras del Guardia Civil pirómano, o del tontaco que no sabe distinguir una brasa viva de una caliente. Estamos perdiendo nuestros abastecimientos de oxígeno, por los intereses de unos pocos y unos descerebrados.
¡Qué legado para nuestro futuro! Deberían poner más controles y alarmas desde ahora. Me temo que, si continuamos así, ya no nos quedará naturaleza. Penas fuertes y prolongadas para estos firemen, que no son bomberos, sino instigadores del fuego, o como dijo Donald Sutherland en Llamaradas en ocasiones, el fuego tiene vida propia. Pues aquí parece que le dan vida. Esperemos que, dentro de unos meses, esto no se repita.
Hasta otra.
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