Hoy ha regresado Beatriz Pérez Aranda. Ya se la echaba de menos, porque nadie da las noticias (las buenas nuevas y las malas) como ella. Y se equivoca como nadie, a la hora de buscar la pregunta exacta. De tal manera se equivoca, que es hasta gracioso, pero saca de quicio a más de un periodista que se atreve a criticarla. Cierto que Bea se está haciendo mayor, pero envejece como el buen vino, que, a más años, mejor sabor y calidad.
La comunicación no es moco de pavo; pero es sabido que los periodistas de la prensa y de los medios de comunicación, son los que más patadas dan a la vejiga del diccionario, que siempre camina con protectores, porque los golpes bajos son, incluso, hasta peligrosos y con mucho dolor.
Pero a Beatriz P.-Aranda, se le perdona todo, porque ante esto, cuenta la experiencia y la veteranía, y el brete de no dar con la palabra exacta se le da mal, como el culo, como a los poetas. Pero los últimos pueden corregir y eliminar. Beatriz sólo tiene una toma, y en directo.
¡Adelante! Hasta otro día.
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