Viajo poco; pero viajo en la lectura; o me dedico a pasear por el Barrio. Desde luego, cuando he llevado mi libreta, me ha cohibido, este verano, un poco. De hecho, hay personas que ven sospechoso que saques una libreta y te pongas a escribir. Prefiero tomar notas en un parque, o en algún banco de la calle (un banco de sentarse, aclaro); pero, me ha ocurrido este verano, un par de veces.
Luego están aquellas personas que te miran mientras tomas notas, o se ponen encima de ti, para ver que estás escribiendo, sobre y para quién. Y eso molesta, porque te envían el aliento, a veces caliente y, en ocasiones, muy molesto. Luego, me arrepiento de no haber sacado la libreta para tomar notas, porque hay tantos tipos humanos, tantas personas distintas, que el material se halla a dedo para escribirlo o tomar algunas notas.
Será que viajando de una esquina a otra de la calle, la realidad es más extensa.
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