¡Cuántas exageraciones! Estamos regresando a la edad de la intolerancia, en donde somos perseguidos por nuestras ideas. O por no tenerlas. No todos los políticos tienen la culpa; pero la intolerancia, que se ha llamado al nazismo y al fascismo, no es del todo exagerada; pero seamos realistas. Muchas libertades nos las recortan los terroristas, y ponen como excusa que se deben a un brote de fascismo. Que yo sepa, en ningún Gobierno se ha matado a alguien, por lo menos, en democracia; tal vez, en el asunto de los GAL, que cayeron dos personas inocentes, por una deficiente información, y un peor servicio de espionaje.
Aquellos que apoyan a los terroristas, los llaman presos políticos a aquellos terroristas abertzales que están encerrados por sus crímenes. De manera que, si se nos coartan las libertades no es para encerrarnos, sino que, como el mundo es inseguro, prefieren que convivamos con el miedo. Pero el miedo también es cansino. Y no es comparar nuestra realidad con el Holocausto. No se parece.
Me pregunto, ¿quiénes nos garantizan la libertad, el grupo Bildu, Amaiur, el PNV, que sólo, si llegan al poder en España, transformarán nuestra libertad en nuestras cadenas? Según ellos, no son libres, pero, desde luego, no convencen. Cuando ellos lleguen a un poder más alto de humillación, entonces se aprovecharán para acabar con aquellos que no casen con sus ideas. Harán lo mismo que la Gestapo; entrar en nuestras casas, seguirnos, investigarnos, y cuando sepan ya todo, la tortura. Que los terroristas lleguen al poder, significa que, entonces, nuestra libertad está en juego.
Siendo pistoleros como son, no quieren que el País Vasco sea plenamente, tal como es, porque nadie ha puesto una pistola a sus habitantes, y económicamente, viven mejor que en otras partes del país. Los terroristas etarras no son presos políticos, son asesinos, y, en un futuro, dictadores. ¡Basta de concesiones! Encerrad a los simpatizantes, y a aquellos que disfrutan destrozando familias con sus atentados.
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